Hace seis años en la UdeG no hubo contienda y se optó por transitar la ruta de un candidato "de unidad". Paradójica y lamentablemente, el desenlace fue totalmente el opuesto a la modalidad del tipo de candidatura anunciada. En ese sentido, bienvenida la contienda interna. El próximo Rector puede y debe hacer propias varias de las propuestas de los que hasta ayer fueron sus contendientes.
Tonatiuh Bravo tiene una destacada trayectoria política que ha combinado con su quehacer académico e importantes cargos de dirección en la propia universidad. Ha sido dos veces diputado federal. En 1997 compitió por la Presidencia Municipal de Guadalajara, cuando los candidatos que lo superaron eran Francisco Ramírez (PAN) y Enrique Dau (PRI). Quedó en tercer lugar, pero logró una de las más altas votaciones que ha obtenido un partido de izquierda en la capital jalisciense, lo que le valió ser regidor.
No obstante su trayectoria como militante perredista y los cargos de representación que ha alcanzado, ayer Bravo Padilla hizo una declaración tan sensata como necesaria: su militancia -y por lo tanto su visión- partidista quedará en el ámbito estrictamente personal, y hay motivos de sobra para celebrar que el próximo Rector -como debiera ser con todos los Rectores durante su ejercicio- no esté dispuesto a escuchar el canto de las sirenas de las candidaturas y se concentre exclusivamente en su responsabilidad.
Para Bravo Padilla la tercera fue la vencida, ya que hace doce años compitió por la Rectoría, resultando triunfador Trinidad Padilla. Hace seis años se quedó con las ganas, pues decidió quedarse en la presidencia de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Su trabajo en diversas áreas de la UdeG, principalmente en el CUCEA y en la vicerrectoría ejecutiva, y el haberse apuntado -o manifestar su interés- en anteriores contiendas por ser Rector general le valió en esta ocasión ser el más -re- conocido de los candidatos: así se reflejó en los sondeos que realizó MURAL. El orden en el que finalmente se ubicaron los participantes, por la cantidad de votos obtenidos, no solamente coincide con los ejercicios que llevó a cabo este diario, también con la cantidad de seguidores que tuvieron en las redes sociales.
Es de suponer que tantos años esperando ser Rector general llevaron a Tonatiuh Bravo a observar aún con mayor detenimiento las oportunidades, debilidades, fortalezas y amenazas de la universidad estatal más grande del país.
También podemos suponer que esa observación se conjuntará con otros atributos propios del próximo Rector: disciplina, trabajo, buen trato, respeto hacia los demás y habilidad política, entre otros. Y si esto es así, Bravo Padilla podrá realizar una gestión exitosa.
La problemática de la institución es compleja, como grandes las expectativas y demandas que tiene la población respecto a ella. Sin embargo, basta tomar como ejemplo cualquier universidad estatal para darnos cuenta de que el balance de la UdeG es favorable.
Lo anterior no quiere decir que no haya importantes y urgentes retos, pero hay universitarios con talento, disposición y buena voluntad para superarlos. Seguramente el Rector electo sabe de la importancia de tener cerca a los perfiles más capaces.
No son pocos los colegas editorialistas que en estas fechas han ponderado las cualidades de Tonatiuh Bravo para encabezar los trabajos de la UdeG. Otros han dicho que "ya se la debían", por aquello de que la había buscado en otras dos ocasiones.
En lo personal, me congratulo de que el próximo Rector sea un colega editorialista en estas páginas, quien ha sido mi maestro en las aulas universitarias y con quien he tenido el gusto y el honor de colaborar. Yo no creo que sea un asunto de débitos; en este caso -y reconociendo en los demás candidatos importantes cualidades- es un asunto de méritos. Que sea para bien de la Universidad de Guadalajara y de Jalisco. Así se requiere.
rogelio_campos@yahoo.com
Twitter @camposrogelio
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