No solamente estamos por debajo de Haití; somos el sotanero de la región. Así lo documenta y publica la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, (Cepal). En el marco de su trigésimo tercer periodo de sesiones, en Brasilia, se presentó el documento "La hora de la igualdad. Brechas por cerrar, caminos por abrir", coordinado por Alicia Bárcena y Antonio Prado. La Cepal es fuente por demás confiable, no solamente por pertenecer a la ONU, sino por la calidad y consistencia de sus investigadores y de sus trabajos.
Datos tan dramáticos como alarmantes. Hace mucho que dejamos de querer compararnos con Norteamérica o Europa, o parecernos a ellos. Ya estamos hechos a esa idea. Lo que viene ocurriendo hace un par de décadas es nuestra degradación económica, al mismo tiempo que América Latina y el Caribe se desarrollan. Hace tiempo que nos encontramos en ese trayecto, nosotros bajando y ellos subiendo, y todavía no queremos darnos cuenta.
Para algunos no es novedad que Brasil, Argentina y Chile obtengan mejores evaluaciones en competitividad y desarrollo humano. Lo asombroso radica en lo que recaudamos con relación al PIB. Brasil recauda el 35.5; Argentina 30.6; Uruguay 23.3; Cuba 25.2; Costa Rica 23.1; Bolivia y Nicaragua 21.7; Chile 20.9; Colombia 18.4; Perú 17.4; Ecuador y Panamá 16.5; Honduras 15.9; República Dominicana 15; El Salvador 14.6; Venezuela 14.2; Paraguay 13.7; Guatemala 11.6; Haití 9.5... y México con 9.4. México recauda la mitad del promedio de los países de América Latina (18.7 por ciento) y un poco más de un tercio del promedio de los países del Caribe (26.3 por ciento).
En 1990 recaudábamos el 11.4 por ciento del PIB. En estos 20 años prácticamente todos los países de la región aumentaron su recaudación; algunos, como Argentina y Colombia la duplicaron, y otros como Bolivia y Nicaragua la triplicaron. Todos los países de la región tuvieron incrementos considerables o pequeños en los pocos casos en que ya recaudaban altos porcentajes desde hace 20 años. Solamente dos países reportan un descenso: México y Venezuela.
Nuestros políticos, comunicadores y sobre todo los "intelectuales" deberían leer el documento para darse cuenta de la relación directa entre desigualdad (México es líder en América Latina) y los pésimos resultados en las pruebas Enlace. También podrían percatarse de que en inversión tecnológica estamos casi empatados con Cuba y Costa Rica, y que nos superan Argentina, Brasil y Chile.
Al ver estos datos resulta inexplicable la propuesta que presentaría el PAN en los próximos días: aumentar el IVA al 18 por ciento y establecerlo en 15 por ciento para alimentos y medicinas. Con esos aumentos, dicen que nuestro porcentaje de recaudación pasaría del 9.4 al 11.15 por ciento.
Esta propuesta panista, que habría sido desarrollada en la Fundación Miguel Estrada Iturbide, pasa por el supuesto de que el impuesto al consumo es "la onda" y es "la neta" para poder recaudar. Para que esa falacia fuera realidad y con ella pretendiéramos pasar a niveles de recaudación brasileños, nuestro IVA generalizado (que incluyera medicinas y alimentos) tendría que ser por lo menos del 40 por ciento.
Lo que debemos hacer es cobrar impuestos. No aumentar el de la renta ni el IVA: cobrar a los que no están pagando. No son los informales o los ambulantes los que nos van a permitir llegar al promedio de los países de América Latina. Todos los informales juntos no representan más de tres puntos porcentuales. Para llegar al nivel de Argentina o Brasil es necesario que el 10 por ciento de los mexicanos más ricos empiecen a hacer lo que no hacen desde hace varias décadas: ponerse a mano con Lolita.
Sólo una cosa parece hermanar a los líderes mexicanos -no solo políticos- con nuestros futbolistas; los primeros debieran usar la cabeza, pero hacen todo con los pies... la diferencia es que nuestros futbolistas ya le ganaron a Italia, mientras que nuestros líderes nos han llevado a perder con Haití.
rogelio_campos@yahoo.com