viernes, 27 de noviembre de 2009

Decisión unánime

Cuando un boxeador es derrotado por decisión unánime no hay duda de lo acontecido durante la pelea. Los jueces califican cada uno de los rounds y van acumulando la puntuación para, al final, declarar un triunfador.

La pelea que actualmente sostiene México en el ámbito económico es a 6 rounds -uno por cada año del Gobierno- y, justo a la mitad del combate, los jueces llevan una puntuación que favorece ampliamente a la debacle y la pobreza, y que adquiere signos de knockout técnico. Las siguientes referencias fueron publicadas en las últimas dos semanas.

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), sentenció que México es líder en pobreza. En el período 2006-2008 el combate a la pobreza fue fructífero en América Latina, excepto en México. En su reporte "Panorama Social de América Latina 2009", también sentencia que México seguirá siendo uno de los principales países afectados con la crisis.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ve la recuperación económica hasta que hayan pasado cinco años. El veredicto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dice que los programas sociales instrumentados en México no sirven si no tenemos un crecimiento económico del 5 por ciento anual.

La Organización para el Desarrollo y Crecimiento Económico (OCDE) pronostica que el desempleo en México empeorará en 2010 y 2011. También establece que los niveles de julio del 2008 no serán alcanzados antes del 2012.

El Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estima que en México se está acelerando la pobreza alimentaria. También el Banco Mundial lleva su papeleta de registro y se observa un resultado desfavorable: la caída del PIB en México es la mayor en los últimos 20 años. Un premio Nobel de Economía dice que estamos gastando mal el dinero destinado a gasto social. La suma de los veredictos constituye una decisión unánime: estamos siendo vapuleados en el ámbito económico.

Las palabras de Felipe Calderón esta semana son un reflejo de la situación: "es tiempo de enderezar el rumbo social del país... la primera de las prioridades de estos tres largos años que faltan es la reducción de la pobreza". Para poder reducir la pobreza es necesario retomar el crecimiento económico y los jueces no solamente dicen que somos de los más afectados por la crisis global, sino que deben pasar años para estar en la -mala- situación de julio del 2008.

Uno de los jueces que ha profundizado en las causas de desastre es la OCDE: México es el último lugar en ingresos fiscales respecto al PIB -entre los países de la Organización. Ya habíamos apuntado anteriormente que la CEPAL también ubica a México en los últimos lugares -de recaudación respecto al PIB- de América Latina. Sin ingresos fiscales no hay recursos para infraestructura y para gasto social y sin estos elementos no hay posibilidad de mayor crecimiento ni de combate a la pobreza.

De manera que, para "enderezar" el rumbo social del país, debemos -forzosamente- tener más ingresos fiscales. Esto no se logra aumentando impuestos. Es inevitable cobrar impuestos a los que no están pagando. Ya lo dijo -claramente- Calderón: hay empresarios que no pagan adecuadamente sus impuestos. Con todo y la rabieta de los hombres del dinero, los voceros del Presidente salieron a reafirmar lo que había dicho el Primer Mandatario.

A la mitad de la función, el Presidente ha soltado recientemente dos "verdades de a kilo": deben pagar impuestos los que no lo hacen y se debe enderezar el rumbo social. Embona perfecto con el veredicto parcial de los jueces imparciales. Los llamados podrían sonar tardíos: hemos perdido tres años.

Suena difícil que, justo a la mitad del sexenio, se tenga la fortaleza para llevar a buen puerto ese par de retos monumentales. Las piernas ya no responden igual y la estrategia inicial resultó equivocada. Se dijo que se ganaría -que México era un país ganador- y se subestimó al rival, amén que no se llegó con la preparación y el entrenamiento adecuados.

Tendría que pasar algo espectacular -sólo visto en el papel de Rocky Balboa- pero lo que queda es la lección de cómo afrontar la siguiente pelea: eliminando privilegios, cobrando los impuestos no pagados y destinar recursos de manera importante y eficaz al desarrollo social.