Francisco de Quevedo
"Garantiza Calderón mayor competitividad", así titulaba Grupo Reforma (8 de febrero de 2006) la nota en que se consignó la reunión que sostuvo el candidato Felipe Calderón con 38 Embajadores, en el marco del brindis que anualmente organiza el PAN como una cortesía al cuerpo diplomático acreditado en México.
El entusiasta candidato decía hace cuatro años: "Tengo la firme convicción, amigas y amigos, y me preparo... con un objetivo muy claro: de competirles a sus pueblos y de ganarles a sus pueblos". La nota reporta que la advertencia provocó un silencio absoluto entre los diplomáticos presentes.
Desde aquella fecha han tenido lugar sucesos trascendentes. Calderón asumió la Presidencia; ya se consumieron prácticamente dos tercios de su sexenio... pero ¿qué pasó con las promesas de Calderón en materia de competitividad?
En 2006, México estaba en el lugar 55 del Índice Mundial de Competitividad, según el Foro Económico Mundial. Ayer se dio a conocer que para 2010, nuestro país se ubica en el lugar 66. Sí, bajamos once lugares en cuatro años.
La nota mencionada indica que se encontraban -entre otros- los embajadores de Cuba, Brasil, China, Rusia, Japón, Alemania y España. A ellos se les hacía la advertencia de competirles y ganarles. En estos 4 años, Brasil subió siete puestos; China veintidós; Rusia doce; Japón seis; Alemania diez y España siguió la misma suerte que México: cayó trece puestos.
El reporte mundial de competitividad de este año -que se puede consultar en www.weforum.org- promedia varios aspectos que son estudiados con método científico. El primero de los índices que se mide es el de Requerimientos básicos, que se construye con varios indicadores. En el capítulo de Instituciones, nuestro país se hunde hasta el lugar 106; en Infraestructura 75; en Macroeconomía, que es algo de lo que más presumimos, 27; en Salud y educación primaria 70.
El segundo de los índices se refiere a Mejoradores de eficiencia, y los resultados no son mejores. En Educación superior y capacitación tenemos el lugar 79; en Eficiencia del mercado de bienes, lugar 96; Eficiencia del mercado de trabajo, lugar 120; Desarrollo del mercado financiero, 96; Disposición tecnológica, 71, y en Tamaño del mercado, 12.
El tercero de los índices es Factores de innovación y grado de desarrollo. En Grado de desarrollo de los negocios somos el lugar 67, y en Innovación el 78.
Como se puede apreciar, en todos los índices obtenemos una evaluación inferior a nuestra calificación promedio (66). Lo que impide que nos hundamos aún más es la macroeconomía y el tamaño del mercado. El primero de estos indicadores no se refleja en la economía de los ciudadanos, y el segundo no es necesariamente mérito de una administración gubernamental.
Los números hablan. ¿Qué pensarán en estos momentos los embajadores que estaban aquella noche de 2006 ante el entusiasta candidato? ¿Quién asegura que no pase lo mismo con otras -de las tantas- promesas que hizo y que sigue haciendo?
México peor, Jalisco igual.
También esta semana se dio a conocer la evaluación del Instituto Mexicano de la Competitividad, IMCO, que se puede consultar en http://imco.org.mx. El estudio revela que Jalisco es uno de los estados con más deuda per cápita. También revela que dieciocho entidades son más autónomas fiscalmente que nosotros.
Hay más: somos el tercer estado más dependiente del impuesto a la tenencia. Nos ubicamos entre los ocho primeros estados que dedican más porcentaje de su presupuesto a nómina, y solamente un estado gasta menos que nosotros en infraestructura.
El estudio también revela que Jalisco es uno de los estados con mayor flexibilidad presupuestal. Estos y otros elementos llevan a que Jalisco repita en el lugar 14 de competitividad. Estancados y lejos de las promesas -sin cumplir- que también aquí se hicieron.