sábado, 1 de marzo de 2008

Farsa política

Del 7 al 14 de marzo se celebrará el 23 Festival Internacional de Cine en Guadalajara. Contagiados por la fiebre cinematográfica de este acontecimiento, los regidores tonaltecas se quieren llevar el Mayahuel y han decidido escribir la secuela de "Tonalá de los Saguaros", obra cumbre que humilló a "La Ley de Herodes".

Quienes tuvimos la fortuna de recrearnos con la "Ley de Herodes" recordamos que la trama se desarrolla en San Pedro de los Saguaros. Esa fue la razón de haber publicado "Tonalá de los Saguaros" el 13 de octubre de 2007, donde se recopila la historia real de poder, corrupción, intrigas y asesinatos en tierra tonalteca. La reseña publicada no recogió, por razones obvias, la emotiva parte en la que el Alcalde huye y se vuelve prácticamente invisible. Tampoco relataba la poca importancia que las autoridades le han prestado a su captura.

Para los que pensábamos que los autores de la historia y el guión de esta farsa política (Luis Estrada, Jaime Sampietro, Vicente Leñero y Fernando León de Aranoa) eran ingeniosos y divertidos, debemos situarlos en su lugar. Han sido superados en el mismo género (farsa política) por los autores de esta trama local. Los autores de la historia tonalteca lo han hecho de manera magistral.

Si usted consideró que los productores de la "Ley de Herodes" (Bandidos Films) hicieron un buen trabajo, qué pero le pone a los productores de este "trancazo". También han estado muy por encima, sobre todo en eso de bandidos. Ésta, es una obra que no deja de sorprender al espectador, de mantenerlo con interés en la pantalla... al filo de la butaca. Honor a quien honor merece; esa es la razón que amerita contar lo que solamente es el inicio de la secuela.

El pasado jueves MURAL publicó la nota que reporta el madruguete de 13 (el nivel de detalle de la obra llega hasta el punto de cuidar el número) regidores. Decidieron destituir al Presidente Municipal sustituto que ellos mismos habían nombrado en lugar de nuestro "Varguitas" tonalteca. La reacción del destituido Salvador González del Toro es un guión de manufactura impecable: dijo que no lo querían en el cargo porque no había cedido a las peticiones económicas de algunas personas. Agregó: "Se está buscando atender los intereses de unas cuantas personas, ya que no les quise dar recursos hasta llenarles las bolsas". ¡Tómala!

La emotiva trama revela que la conspiración de los 13 se mantuvo en el mayor de los sigilos. Ojalá y la película retomé en algún momento los detalles. En esta parte climática el Presidente destituido se aferra al cargo, se encierra en su oficina, lo sacan con cerrajero y a la fuerza, y entonces restituyen a los funcionarios que el "sustituto destituido" había, a su vez, destituido, y que están ligados al Alcalde prófugo... ¡una joya!

Estamos en el intermedio de este episodio y todo parece indicar que difícilmente podrán mantener la intensidad, pero todo puede pasar. Los regidores no tienen facultades legales para destituir a un sustituto. En ningún ordenamiento se establece tal hipótesis. Con lo anterior, los 13 conspiradores habrían vulnerado el principio de Derecho que establece la limitante a la autoridad de solamente poder hacer lo que expresamente le está permitido. También habrían vulnerado todos los ordenamientos aplicables para el caso, mediante una maniobra turbia y abrupta.

Mientras el prófugo no quiere regresar, el destituido ilegalmente sí quiere hacerlo y amaga con ejercitar acciones legales para conseguirlo. Habrá que ver si lo dejan. Mientras tanto, las instancias que deberían tomar cartas en el asunto se hacen de la vista gorda en público, y es muy probable que en privado den instrucciones. En esta parte, Pedro Armendáriz también es superado.

Los ordenamientos vulnerados son de interés público. El concepto de interés público nace como sustituto de la idea del "bien común". Qué detallazo. Que las leyes vulneradas por los 13 conspiradores se cumplan no es algo que se circunscriba al interés de los integrantes del Ayuntamiento -por muy representantes populares que sean-, ni tampoco es un asunto que se arregle entre ellos, ni por mayoría. El interés público va más allá del interés que pueda tener un partido político -incluso el ganador de la voluntad ciudadana-; también va más allá de la suma de los intereses de los partidos. El interés público es algo que está por encima del acuerdo de voluntades entre funcionarios y partidos. Su noción está ausente de nuestra vida comunitaria y no hay mecanismos legales para hacerlo valer.

Este elemento trágico le da un sabor muy especial a la trama tonalteca que hoy se presenta. En la obra de Luis Estrada, Claudia Becker y Sandra León fueron las encargadas de seleccionar un extraordinario reparto de profesionales. En nuestra obra, el reparto está a la altura, no podemos dudar de su profesionalismo. Ni hablar de las interpretaciones, que obligarían al propio Damián Alcázar a ponerse de pie y quitarse el sombrero. Estos elementos son los que verdaderamente llevan al género de la farsa política a alturas insospechadas. El Mayahuel les viene chico. Enhorabuena.


rogelio_campos@yahoo.com