viernes, 13 de mayo de 2011

Crisis de identidad

El pasado lunes, Emilio González fue a Oaxaca con el propósito de promocionar los Panamericanos, y en ese contexto dijo: "Soy un Gobernador de izquierda... me considero en estas lógicas de izquierdas y derechas alguien que está en el centro, pero que tiende más a la izquierda, porque prefiere estar con el pueblo que con las clases poderosas" (MURAL, 10/05/11). No son pocos los especialistas que entienden y explican el fenómeno de negar la pertenencia a la derecha.

No es la primera vez que el Gobernador sorprende con la forma de autodefinirse. En alguna ocasión dijo "soy el Peje de Jalisco" (La Jornada, 11/04/06), en franca comparación con AMLO, que en ese momento gozaba de muy buena aprobación ciudadana. Pocas semanas después, el PAN centraba su estrategia en señalar que AMLO era un peligro para México, que endeudaría al País, etcétera.

En otra oportunidad, Emilio aceptó ser de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (Mural, 13/01/10). La CROC es una central obrera histórica y eminentemente priista. De hecho, su máximo dirigente es diputado federal del PRI y es quien se ha encargado de manifestar el rechazo a la reforma laboral propuesta por el PAN.

Este rechazo ha provocado una airada reacción del (ex priista) Secretario del Trabajo, Javier Lozano, y de la Coordinadora de los diputados del PAN, Josefina Vázquez Mota.

Por cierto, Javier Lozano no es el único panista converso o de nuevo cuño que busca ser candidato a la Presidencia de la República. De hecho, la mayoría son "nuevos panistas". Santiago Creel fue consejero ciudadano del IFE (1994-1996), y por lo menos hasta esa fecha no era militante panista. Un caso similar es el de Alonso Lujambio, quien fue Consejero Electoral del IFE (1996-2003) y apenas se afilió al PAN en el 2009.

Si sumamos a Emilio González, la mayoría de los precandidatos del PAN son nuevos panistas. Emilio ingresó al PAN en 1992; antes fue militante del Partido Demócrata Mexicano (PDM), del cual llegó a ser presidente nacional en 1988.

Según la Enciclopedia de México, el PDM fue promovido por antiguos integrantes de la Unión Nacional Sinarquista UNS y, curiosamente, rechazaba la "geometría política", esa que establece las izquierdas y las derechas.

El PDM fue fundado por antiguos sinarquistas, y consultando la entrada "sinarquismo" en la Enciclopedia de México, el resultado es: Ver Fascismo. "Coincidentemente", el fascismo -al igual que el PDM- también niega ubicarse en la derecha o en la izquierda. No obstante, la mayoría de los especialistas coloca al fascismo en la extrema derecha.

Tenemos, pues, a un Gobernador que se autodefine de izquierda, pero milita en un partido formalmente perteneciente a la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), que reúne a partidos "demócratas cristianos", y en esa organización internacional no hay partidos de izquierda. Los partidos de izquierda se agrupan en la Internacional Socialista (IS), que reúne a los partidos "socialistas democráticos", "social demócratas" y "laboristas". Así como el PAN figura entre los miembros de la ODCA, el PRI y el PRD hacen lo propio en la IS.

Resulta extraño que el Gobernador más importante que tiene el PAN, y uno de los siete precandidatos a la Presidencia de la República, se considere de izquierda, mientras la ODCA en sus documentos (http://www.fundacionpreciado.org.mx/biencomun/bc152/coral.pdf) ubica al PAN como un partido de centro-derecha.

Pero una cosa es tener crisis de identidad, que es la que padecería el Gobernador de Jalisco, y otra muy distinta y mucho más grave es que un partido entero pierda la identidad, como sería el caso del PRI.

El PRI, por sus orígenes, y formalmente en la actualidad, es un partido de izquierda, pero en la realidad ha sido muy diferente. El PRI se vanagloriaba de oscilar entre la izquierda y la derecha. Desde finales de los 70 se quedó en la derecha. Los panistas llegaron a decir que "les habían arrebatado sus banderas". Justificaban esta práctica pendular para no perder el poder. Terminaron perdiéndolo.

A más de 10 años de abandonar el poder, y con altas probabilidades de volver a hacerse de él, los priistas han cometido un grave error de omisión: no asumir una posición seria, firme y congruente para llenar el enorme hueco que tanto daño le hace a México: el de una izquierda moderna y, sobre todo, auténtica.

rogelio_campos@yahoo.com