Ser Gobernador y presidente de los Panamericanos no es lo ideal y, en este aspecto, los brasileños nos ponen la muestra de cómo hacer las cosas. El presidente honorario en Río (2007) fue Joao Havelange, quien para empezar era originario de la ciudad sede. Havelange fue un deportista triunfador en waterpolo y natación, compitió en los Olímpicos de Berlín y Helsinki, fue miembro del Comité Olímpico Internacional, presidente del equipo de futbol Fluminense y de la FIFA, donde organizó seis mundiales de futbol.
Los brasileños atinaron en designar a un apasionado del deporte y experto en organización de este tipo de justas. Aquí se nos hizo fácil que ese cargo lo desempeñara Felipe Calderón, que podrá tener muchas virtudes, aunque el deporte -sin duda- no es lo suyo. Calderón ahora ostenta el extraño cargo -con connotación religiosa- de "patrono" de los panamericanos.
En Río 2007, el cargo que ahora ocupa González Márquez lo desempeñó Carlos Arthur Nuzman, voleibolista profesional, seleccionado nacional, competidor olímpico en Tokio, presidente del voleibol brasileño, presidente del Comité Olímpico Brasileño y del Deporte de toda América del Sur.
Para Guadalajara 2011, los políticos en activo y en funciones asumieron el control y se dejó a un lado el reconocimiento a los deportistas y a los profesionales en la organización de grandes eventos. Se priorizó el cargo político, y el riesgo de politización empezó a ser exponencial.
La dualidad de Emilio González dejó de serlo y ahora, como aspirante a la Presidencia de la República, encarna una extraña trinidad. Si la dualidad politizó los Juegos, la trinidad los vino a partidizar.
El pasado lunes, el Gobernador fue a Querétaro y al mediodía firmó un "Convenio Panamericano". El Universal reporta que después se reunió con panistas queretanos "a puerta cerrada"... entonces empezaba a manifestarse "La Trinidad", que comparaba a Jalisco con el Estado de México y que invitaba a tocar, puerta por puerta, para dar a conocer los logros del Presidente Calderón.
En ese marco de redestape, "La Trinidad" presentaba ante sus correligionarios ¡el programa de los Panamericanos!, y dijo que los Juegos "podrán realizarse gracias a que el Gobierno federal y los diputados federales del PAN gestionaron el 80 por ciento de los recursos requeridos". ¿Así o más partidizado?
En gira oficial, pagada con recursos públicos, en día hábil, "La Trinidad" se manifestaba en su faceta de aspirante y con marcadas intenciones proselitistas partidizaba el deporte, montándose en cifras millonarias y esfuerzos internacionales no cuantificables.
Una autoridad con espíritu deportivo privilegia altos valores. En Río los embajadores panamericanos fueron atletas olímpicos, originarios y representativos del país en el que serían embajadores; el de México fue el medallista olímpico Fernando Platas. La nominación de Platas y de los demás fueron hechas por los comités olímpicos nacionales de cada país y con muchos meses de anticipación. Se privilegió al deporte, se reconoció el triunfo, se ejercitó la internacionalización y se desconcentraron las decisiones.
Aquí se nombró como embajadores -atendiendo a criterios desconocidos- a La Banda El Recodo, Belanova, Galilea Montijo, Lorena Ochoa, El Canelo Álvarez, Checo Pérez y Luis Michel. Tendrán muchas virtudes y sobre todo mucho rating, pero ninguno ha sido atleta olímpico ni panamericano. Algunos ni deportistas han sido; una de ellas está retirada y todos los que están en activo tienen fuertes compromisos con patrocinadores.
Lula da Silva siempre tuvo muy altas calificaciones aprobatorias en su país y no ocupó ningún cargo en los Juegos Panamericanos, sin embargo, el día de la inauguración fue víctima de tan monumental rechifla en el Estadio Maracaná que no pudo hacer la inauguración oficial.
Veremos si La Santísima Trinidad logra el milagro y resulta que hasta hay ovación.