sábado, 4 de octubre de 2008

Nubarrones

La grave crisis que enfrenta Estados Unidos sin duda afectará a México. Los efectos se harán sentir en todo el territorio nacional y en diversos ámbitos. Llama la atención la ausencia de seriedad de las autoridades para asumir esta realidad inevitable, y la pasividad para plantear medidas que estén a la altura del tsunami que se avecina.

Antes de que la crisis estadounidense se agudizara, las remesas que envían los paisanos venían disminuyendo en proporciones considerables. Como consecuencia de la profunda recesión -según términos del FMI- que puede vivir la Unión Americana, la curva descendente de captación de remesas se hará más pronunciada.

Las remesas son una fuente importante de divisas. Menos remesas equivalen a menor capacidad de importación. Se refleja en menores ingresos para una proporción considerable de hogares mexicanos. No olvidemos que Jalisco es líder en "exportación de mano de obra" y, por tanto, las consecuencias de esta disminución afectarán directamente la capacidad de consumo de millones de mexicanos.

La disminución en el consumo interno se traduce en menor bienestar, y además la demanda de bienes y servicios bajará. No solamente estamos hablando de una disminución en la demanda de consumo interno; adicionalmente, debemos considerar que la mayor parte de nuestras exportaciones tienen como destino el vecino País del Norte. Si la economía que nos compra la mayor parte de nuestros productos entra en recesión, comprarán menos. Estamos frente a una caída en la demanda del mercado interno y externo. Si la demanda baja, la producción también. Si la producción disminuye, generará mayor desempleo y menor tributación. La espiral puede prolongarse por años.

Esto explica que las previsiones de crecimiento vayan a la baja. También nos permite entender el anuncio en el sentido de que el presupuesto federal podría reducirse hasta en 15 por ciento y el de Jalisco en 10 por ciento. Reducir el presupuesto implicará supresión de plazas y menor gasto. Lo anterior viene a agudizar el desplome del consumo y de la producción. El cuento de nunca acabar. Pasarán meses para volver a situarnos en los niveles de remesas, empleo, PIB y tributación de 2007. Este negro panorama viene a empeorar fenómenos que se venían observando, como el alza de la cartera vencida en dinero plástico.

La propuesta presidencial consideraba un aumento del 40 por ciento en el rubro de seguridad. Este aumento iría en demérito de otras partidas presupuestales. Si el Presidente sostiene su propuesta, el deterioro de los demás rubros sería dramático y, sin exagerar, podría resultar insostenible.

Pareciera que no hay mucho que hacer, pero eso no justifica la parálisis de las autoridades que parecen preocuparse más por tener que desmentir lo que antes habían afirmado: que nuestra economía no resultaría afectada. Todavía peor, hay quienes, como Javier Lozano, no aparentan darse cuenta de lo que pasa y de lo que viene. El Secretario del Trabajo dijo esta semana ante legisladores que hasta ahora la generación de empleos no ha disminuido y que, por el contrario, en lo que va de la Administración de Felipe Calderón se han creado 820 mil empleos. Banxico difundió el jueves su encuesta de especialistas del sector público, en la que se estima la creación de 372 mil empleos para todo el año: el nivel más bajo de los últimos dos años.

Lozano fue más allá y dijo: "La vocación del Presidente Felipe Calderón sigue siendo la de ser el Presidente del empleo, pero siempre se tiene que partir de las condiciones de las que se dispone año con año". Sus palabras insultaron la inteligencia de los legisladores, y recibió el repudio de todas las fracciones, incluyendo la del PAN.

En noviembre debe aprobarse el presupuesto para el próximo año. El presupuesto deberá reflejar los nubarrones que se avecinan. La baja del precio y producción de petróleo también se afectarán. Para el Gobierno resultará imposible sostener el gasto en programas sociales y en obras públicas tan necesarias en año de elecciones.

En los Estados se verá reflejada esta disminución. Jalisco no es la excepción y anuncia una baja del 10 por ciento en su presupuesto. La mengua será mayor en términos reales si consideramos el gasto adicional que se realiza cada tres años, pues una tajada considerable del presupuesto se irá a la organización del proceso electoral y a las campañas políticas.

En Jalisco habrá que hacer frente a compromisos adquiridos, como la construcción de infraestructura para los Juegos Panamericanos; así, el gasto social y en infraestructura será sometido a un grado de presión pocas veces experimentado.

Se puede advertir que el grado de inconformidad social irá en aumento en la misma proporción en que los indicadores económicos se contraen. Los nubarrones de la economía podrían trasladarse a los ámbitos social y político.

Medios y transparencia

Fidela Navarro y Ernesto Villanueva son los autores del libro "Medios de Servicio Público y Transparencia". Ayer fue presentado por María Elena Hernández, Eduardo Quijano y el Senador Carlos Sotelo. Interesante obra de un tema por demás pertinente.

rogelio_campos@yahoo.com