viernes, 11 de enero de 2013

Cruda prolongada

Los Juegos Panamericanos siguen siendo un dolor de cabeza. Los síntomas actuales se asemejan a los de una resaca monumental, de esas que vienen después de una borrachera de órdago.

El primer acto de esta obra fue el del convencimiento. Se ofreció el oro y el moro, se dijo que después de los Juegos "el cambio sería total, en lo deportivo y en muchas otras cosas", que se construirían autopistas, se ampliarían y extenderían las avenidas existentes, se trazarían nuevas calles, se ampliaría y extendería la red subterránea de transporte. Así lo prometía Carlos Andrade Garín en la nota que MURAL publicó el 3 de diciembre de 1998.

Para convencernos de que valía la pena apostar a esta pachanga, también se nos dijo que se remodelarían y renovarían las redes de trenes urbanos, se crearían nuevos estacionamientos, se mejorarían los espacios públicos verdes, se modernizarían los sistemas de señalización y se implementaría tecnología avanzada en el control de tránsito. Fuera de los estadios, la verdad es que no se hizo nada de lo mucho que se prometió.

Todo ese sueño además era atractivo porque iba a tener un costo razonable. En 2006 se dijo que los Juegos tendrían un presupuesto de 180 millones de dólares (MURAL, 31 de mayo, 2006). Para 2007, la expectativa de costo había crecido 100 millones de dólares más, ya que según nota de la Agencia EFE, publicada por ESPN Deportes, el 13 de julio ya se hablaba de 280 millones de dólares http://espndeportes.espn.go.com/news/story?id=565498&s=pan&type=story.

El segundo acto de la obra fue la de los preparativos de la fiesta. Los arreglos de ornato no duraron más de tres meses; los organizadores se pelearon con la planeación y empezaron a comprar terrenos a diestra y siniestra para construir instalaciones... más tardaban en comprarlos que en cambiar de lugar y volver a comprar otro terreno. Así fue varias veces, y no solamente en un caso. Los estadios reportaban graves retrasos y deficiencias. El tufo de negocio flotaba en el ambiente.

El tercer acto de la obra fue la borrachera. Hubo quien quiso ir a la fiesta y ni pagando pudo; otros sí fueron porque les regalaron los boletos. La mayoría sucumbió ante -literalmente- los fuegos de artificio de la inauguración. El culmen de la borrachera fue cuando Emilio González decía: ¡Ahora vamos por las Olimpiadas!

El epílogo de la obra es la cruda de tan dispendiosa borrachera. Costó mucho más de lo que se nos dijo: ni remotamente fueron los 180 millones de dólares que decía Andrade Garín. Ayer, en el documento enviado por el Gobernador a los diputados -en el que solicita 3 mil 200 millones de pesos de deuda- se dice que los Juegos costaron más de 600 millones de dólares (hay razones para pensar que fue aún más). Por si lo anterior fuera poco, tampoco se construyó la infraestructura prometida.

Ya que terminó la fiesta vino una etapa de negación. Sólo gracias a que hubo una manifestación de acreedores pudimos conocer que existían adeudos a los proveedores por 500 millones de pesos. Después -en agosto del 2012- Mario Vázquez Raña dijo que se debían mil millones, y los organizadores lo negaban: solamente aceptaban deber 500 millones. En octubre del año pasado se sabía que eran mil 800 millones: la totalidad del adeudo correspondía a los Panamericanos.

Mil 400 millones son de un crédito que se ocultó a la sociedad y que se debió cubrir el año pasado: no se pagó. Nos bajaron la calificación crediticia como Estado, al grado de "basura". Si no se renegocia caeremos en Buró de Crédito y el chistecito nos puede costar 400 millones de pesos anuales: 8 mil millones de pesos en 20 años, esto es, una cantidad adicional que equivaldría a lo que costaron los Panamericanos.

Resulta que no se debían 500 millones como decía Andrade Garín, tampoco mil millones como decía Vázquez Raña, ni siquiera son mil 800 millones como decía el Gobernador el mes pasado. Ahora resulta que se necesitan 3 mil 200 millones de pesos, y a eso responde la solicitud para endeudarse. Ayer, mural.com publicó las declaraciones del Secretario general de Gobierno, quien explicó que ese monto, total, sería para reponer los desajustes que causó el pago de los Juegos Panamericanos.

¿Usted disfrutó la borrachera? Más vale que sí, porque de cualquier modo tenemos que pagarla. ¡Salud!


rogelio_campos@yahoo.com

Twitter @camposrogelio