El 20 de octubre del 2010, MURAL publicó "Asignan un carril a Panamericanos". Diego Monraz, Secretario de Vialidad, decía: "Para evitar que los automovilistas invadan los carriles exclusivos, Vialidad hará una campaña de concientización para que se respete la señalización, pues no habrá barreras".
¿Qué pasó con la campaña de concientización que se haría? Al parecer se quedó en meras declaraciones y buenas intenciones. No solamente carecimos de esa campaña, sino que automovilistas y ciudadanos se muestran desconcertados porque no saben, a cabalidad, dónde estarán los carriles exclusivos y los preferenciales. Ni siquiera se instrumentó una campaña informativa, mucho menos una de concientización.
La misma nota de MURAL da cuenta de "Una red de 22 kilómetros exclusivos y otros 14 kilómetros con preferencia es lo que planea implementar la Secretaría de Vialidad en las principales avenidas tapatías, durante los Juegos Panamericanos".
Los 22 kilómetros anunciados en octubre del 2010 se multiplicaron, quién sabe cómo, y resulta que ahora serán 90. Lo mismo pasó con los carriles preferenciales: de los 14 anunciados, resulta que serán 120 (El Informador, 28/07/11). De los 36 kilómetros anunciados, pasamos a 210, lo que evidencia falta de planeación y una ligereza formidable en los anuncios públicos y en las medidas que afectan a los ciudadanos.
La autoridad también nos regaló otra perla. El 28 de noviembre del 2010, MURAL publicó "Ven bien el carril exclusivo". La entonces Secretaria de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades), Martha Ruth Gaytán, señaló que "la medida para restringir la circulación a vehículos está bien fundamentada desde el aspecto de la fluidez del tráfico y lo relacionado con la contaminación que se pudiera generar".
La funcionaria agregaba que esta determinación venía acompañada de un estudio vial, que se reducirían emisiones, que no provocaría caos vehicular y que estaba bien pensado. A estas alturas hay dudas razonables sobre los dichos de la entonces funcionaria. No hay indicios de que la medida vaya a generar fluidez en el tráfico; al contrario, después del "ensayo" de esta semana, hay razones para suponer que sí habrá caos vehicular y por consecuencia, mayores niveles de contaminación.
Al parecer, el carril exclusivo es una de las principales exigencias de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) en cada Ciudad sede y que se aplica también en los Juegos Olímpicos. En eso hubieran pensado los organizadores y las autoridades cuando pidieron ser sede de los Juegos Panamericanos. También hubiera sido conveniente que nos dijeran sobre esta obligación, que fue ocultada. Siempre se ponderaron las ventajas de los Juegos, al mismo tiempo que estos "pequeños detalles" se mantenían en lo oscurito. El desastre en la planeación y organización se volvió a evidenciar al querer aprobar, casi furtivamente, cuantiosas multas por invadir los carriles y, recientemente, dar macha atrás.
Cuando se trataba de engatusar a los jaliscienses, los promotores de los Juegos Panamericanos ofrecieron el oro y el moro. Se recurrió a mentiras o a promesas que resultaron incumplidas. En entrevista, Carlos Andrade Garín dijo que habría, entre muchas otras cosas: construcción de nuevas autopistas, ampliación y extensión de las avenidas existentes, traza de nuevas calles, ampliación y extensión de la red subterránea, remodelación y renovación de las redes de trenes urbanos, creación de nuevos estacionamientos, modernización y eficientización de los sistemas de señalización, implementación de tecnología avanzada en control de tránsito (MURAL, 3/12/1998).
Por eso el Carril Panamericano es un espejo que refleja con nitidez la forma como se han conducido los promotores y organizadores de los Juegos: sin informar oportunamente, sin profesionalismo, soslayando la opinión pública, improvisando, sin coordinación, sacándose kilómetros de la manga y ofreciendo lo que finalmente no podrían cumplir.
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