viernes, 17 de julio de 2009

Pasajes bíblicos

Fieles a recrear algunos pasajes que les fueron enseñados en esas tardes espirituales, trataron de poner en escena el episodio en el que se va "de Herodes a Pilatos"

Mañana sábado se cumplen dos años de haber sido publicada -por MURAL- una nota titulada "Estudian la Biblia en Casa Jalisco". La nota relató que los Secretarios del Gabinete acudían los miércoles por la tarde -rompiendo la semana y con cargo al tiempo pagado por el erario- a tomar clases de Biblia en una de las salas de Casa Jalisco. Al paso de dos años, algunos de los asistentes podrían estar viviendo en carne propia algunos pasajes bíblicos.

Uno de los fragmentos que ahora posiblemente recuerdan los estudiosos, es el de la multiplicación de los panes y de los peces. A diferencia del relato bíblico, en Jalisco se vivió una multiplicación de "los poquitos". En aquella célebre cena del Banco de Alimentos, Emilio González dijo fuerte y claro (dentro de lo que las circunstancias lo permitieron): "¡A mí, lo que unos poquitos digan, me vale madre! ¡Así de fácil!"... y los poquitos, por increíble que parezca, empezaron a multiplicarse... y se hicieron "muchitos".

Otro pasaje bíblico que posiblemente viene a la mente de los asistentes a esos cursos, es el de la negación que Pedro hace de Jesús. Ahora la negación está de moda: se niega la responsabilidad en la derrota; se niega estar detrás de los plantones y movilizaciones; se niega la autoría de las ideas.

Tobías es de los que se hace presente con más fuerza. Sobre todo en el apartado de las recomendaciones que hace Tobit a Tobías: "Lo que no quieras que te hagan, no se lo hagas a los demás". Primero, recordemos aquella enjundiosa expresión "Digan lo que quieran, digan lo que quieran, perdón señor Cardenal, ¡chinguen a su madre!"... ahora, relacionemos lo que ha trascendido: esta semana en la sede del CEN del PAN, el Gobernador de Jalisco (¿viajó con cargo al presupuesto a atender cuestiones partidistas?), se habría quejado en tono teatral -algunos dicen que hasta lloró- de las mentadas que le profirieron en la puerta de Casa Jalisco, y -supuestamente- habría dicho que sus familiares estaban al otro lado de la puerta escuchando los insultos. Si tan sólo hubiera escuchado a Tobit... "lo que no quieras que te hagan, no se lo hagas a los demás".

Por cierto, Tobit también le hizo otras recomendaciones a Tobías: "No bebas vino hasta emborracharte..., pide consejo a personas prudentes y no desprecies ningún consejo útil". ¿Habrán contemplado en aquel famoso curso las enseñanzas de Tobit a Tobías? Si así fue, seguramente ese día más de alguno se hizo la pinta y se fue al cine (los cursos eran los miércoles, y los miércoles el cine es al dos por uno).

Otro de los pasajes bíblicos que se ha buscado recrear es el de la traición. Esperan que Espinoza Guarro, Martínez Espinoza, Novoa y otros se cambien de nombre y se pongan Judas. Quieren que traicionen. Y de ese nombre, Judas, no se libran, porque les recuerdan que están allí por unas cuantas monedas (y eso que los paquistas eran los nominócratas -Herbert dixit-).

Fieles a recrear algunos pasajes que les fueron enseñados en esas tardes espirituales, trataron de poner en escena el episodio en el que se va "de Herodes a Pilatos". Aquí las turbas iban de Vidrio a Manuel Acuña. Este episodio, la verdad, no les salió bien.

Pero uno que ha sido representado reiterada y magistralmente es el del lavatorio de manos. Son varios los que han concursado por llevarse lo que sería el Óscar al mejor Pilatos. Conmovedoras actuaciones, unas más convincentes que otras, pero dentro de lo bueno sobresale lo sublime: nuestro Pilatos se apellida González. Si alguien tiene duda puede acudir a lo dicho en aquella cena célebre: "si votan por el PRI o por el PAN no me interesa".

Pero la enseñanza que resulta increíble que no hayan aprendido los asistentes al curso es la de San Mateo: "No practiquen su religión delante de la gente sólo para que los demás los vean". Esa debió haber sido una de las primeras lecciones, aunque al parecer algunos se empeñan en hacer lo contrario.

A dos años de que se reveló la impartición de estas clases, no queda claro el objetivo. Si fue la recreación futura de algunos pasajes, debemos reconocer que en algunos casos ha sido sublime. Si el objetivo fue aprender qué cosas hacer y cuáles no... el curso fue un desastre.

rogelio_campos@yahoo.com