sábado, 25 de octubre de 2008

¿Estás bromeando?

Lo maravilloso no radica en no sufrir, sino en no entenderlo ¿Le parece absurda la frase? Veamos. Un niño de ocho años, sentado en la escalera que da acceso a su casa, soba contra su pierna un billete de 20 pesos, al fondo su bicicleta está en el suelo.

-Una voz le pregunta: ¿son tuyos esos 20 pesos?

-El niño responde mientras continúa sobando el billete: sí, es mi billete; 20 mandados, 20 pesos.

-La voz en off le plantea: ¿Y si te digo que hubo una devaluación, y que tus 20 pesos ya sólo valen 10?

El niño, con cara de compungido, hace un breve silencio y de inmediato revira sonriente: ¿Me estás mintiendo, verdad? Aquí dice 20 pesos ¡Me estás bromeando!

Mientras el niño entra a su casa por un balón y recoge su bicicleta, otra voz en off, con tono lúgubre, dice: ¿no te parece maravilloso que nuestros hijos ya no entiendan lo que nosotros sufrimos tantas veces? Esto es producto de 10 años de estabilidad económica; apostarle a algo distinto es retroceder; defendamos lo que hemos logrado. El mensaje cierra con la frase del patrocinador: Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

El spot se transmitió durante las últimas semanas de las campañas electorales de 2006, y al respecto es pertinente resaltar dos aspectos fundamentales.

En primer término, este tipo de spots motivaron una reforma a nuestra Constitución. A principios de este mes, el IFE declaró el inicio del proceso electoral del próximo año. En 2009, los particulares y los organismos como el CCE ya no podrán contratar la transmisión de este tipo de anuncios. La reforma constitucional lo prohíbe.

A pesar de la estridente impugnación de un grupo de intelectuales y cúpulas empresariales, la Suprema Corte de Justicia dejó firme la prohibición. Los argumentos de la Corte son contundentes: no se violan las garantías individuales. Ya lo habíamos adelantado en "Yes o Oui" (MURAL, 7/12/08): en Francia también se prohíben este tipo de spots y nunca se han quejado de que se violen sus garantías.

Otro aspecto a destacar -y a cuestionar- es el contenido de este tipo de mensajes. La magia del spot nos adentra en la realidad virtual de una supuesta estabilidad económica de 1996 a 2006. La realidad virtual se estrella con la frialdad de los números.

El spot no mencionaba que de 2000 a 2006 el poder adquisitivo había caído un 22 por ciento. El billete de 20 se había convertido en billete de menos de 16 pesos. Tampoco se menciona que en enero de 2002, el niño del anuncio podía comprar con "20 mandados" dos euros, y todavía le sobraban 48 centavos. Ayer, el mismo niño necesitaría hacer 34 mandados para comprar dos euros, y solamente le sobrarían dos centavos. Dicho de otra forma, el billete de 20 pesos casi se le hizo de 10. Si tomamos como referencia el dólar, en el último mes el billete de 20 pesos se le hizo de poco más de 14.

En estricto sentido, es posible que el spot no mienta al decir: ¿no te parece maravilloso que nuestros hijos ya no entiendan lo que nosotros sufrimos tantas veces? No dice que los niños no sufran las consecuencias de una devaluación, dice que no lo entienden. Honestamente, no me parece maravilloso que, si fuera el caso, sufriendo una devaluación no se llegara a entender.

La percepción de que no sufríamos una devaluación tenía como fundamento la estabilidad del peso frente al dólar. Un frágil fundamento. Mientras, la moneda estadounidense se hundía frente a otras divisas como el euro y el dólar canadiense. Nadie alertaba que, lejos de una fortaleza, nos hundíamos junto con el dólar.

Tampoco se mencionaba que esa paridad, más que sustentarse en la estabilidad económica, tenía como causas el incremento desmedido de remesas -que implicaba la acelerada expulsión de mexicanos- y los estratosféricos precios del petróleo. Si no se consideran las exportaciones petroleras y el envío de remesas, con el actual déficit comercial las reservas internacionales se agotarían en poco más de año y medio.

En los últimos 15 días las reservas internacionales han pasado de 84 mil 116 millones de dólares a 78 mil 655 millones de dólares, una disminución del 6.5 por ciento. Esta reducción de las reservas tiene como única causa evitar una caída mayor del peso.

En el futuro inmediato el monto de las reservas se verá sometido a una fuerte presión. La recesión de la economía estadounidense repercutirá en la reducción del envío de remesas. Los ingresos petroleros disminuirán debido a la baja en los precios y a la extracción y las reservas del hidrocarburo. Además, el clima de inseguridad extrema impactará en la disminución del turismo.

Es posible que las exportaciones no petroleras suban, debido a que la devaluación en automático genera productos más baratos, pero también se verán afectadas por la recesión estadounidense y la crisis de las empresas mexicanas.

La producción industrial y la industria manufacturera y de la construcción han disminuido. Es el mismo caso de las ventas al mayoreo. La tasa de desempleo va en aumento, es la más alta desde el año 2000. La inflación anual proyectada del 3 por ciento ya va en el 5.47 por ciento. También el Índice de Precios al Consumidor se ha incrementado muy por encima de lo estimado por los analistas.

Lo difundido en el spot pudiera ser cierto, aunque parezca absurdo: lo maravilloso no radicaría en no sufrir, sino en no entenderlo. El que definitivamente sí tenía razón era el niño del anuncio. Tenía razón en desconfiar de la voz en off y en decir ¿Me estás mintiendo, verdad? ¡Me estás bromeando! Al hacerlo con el niño, la voz en off igualmente lo hacía con todos los que creían en el spot que se difundía.

rogelio_campos@yahoo.com