viernes, 5 de octubre de 2012

Semana de contrastes

En el marco de la "gira del adiós", como algunos medios han llamado al serial de inauguraciones emprendido por Felipe Calderón a lo largo y ancho del País, esta semana fue contrastante. El martes se inauguró una enorme prisión en Sonora, en tanto que ayer se inauguró una gran biblioteca en Jalisco.

Sin duda la inversión carcelaria es necesaria, sobre todo si tomamos en cuenta que existen pocas cárceles federales, que las prisiones estatales han recibido delincuentes del ámbito federal y que el hacinamiento en este tipo de centros aumenta. Las cárceles en México tienen una capacidad para recibir 190 mil reos, pero actualmente hay más de 238 mil, según datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) publicados a finales del mes pasado.

Actualmente se construyen ocho centros penitenciarios de estas características, y el de Hermosillo tuvo un costo de poco más de 4 mil 200 millones de pesos, con capacidad para 4 mil reos de alta peligrosidad.

La CNDH y la Organización de Estados Americanos han señalado las deficiencias en nuestras prisiones: hay autogobierno y violación a los derechos humanos; los alimentos y otras condiciones no son los adecuados, y no sirven para la readaptación y la reinserción social de los delincuentes.

Peor aún, las cárceles son universidades del crimen, y en no pocos casos también son centros de operación de la delincuencia organizada. En otras palabras, la inversión en el ámbito penitenciario no ha generado los resultados esperados.

Por otro lado, ayer se inauguró el nuevo edificio de la Biblioteca Pública del Estado "Juan José Arreola", que muy pronto estará en boca de la mayoría de los jaliscienses, quienes se asombrarán con la construcción del inmueble y disfrutarán de sus áreas: infantil, para débiles visuales, área de atención a personas con discapacidad, laboratorios, salas de exposiciones, mediateca, auditorio, salas de lectura silenciosa, cafetería, etc.

La biblioteca forma parte del Centro Cultural Universitario, cuenta con un espacioso estacionamiento subterráneo y se encuentra a un costado de la enorme Plaza del Bicentenario, llamada a ser un gran espacio de esparcimiento público y de manifestaciones culturales. Muy pronto será vecino de este inmueble el Conjunto de Artes Escénicas, que tiene un avance del 25 por ciento en su construcción.

La biblioteca resguarda el patrimonio histórico documental del Occidente y Noroeste de México, así como del Suroeste de la Unión Americana. Varias colecciones privadas y de otros países han sido donadas para que estén al alcance del público.

Pero regresando al tema menos festivo, México tiene una población reclusa de 212 presos por cada 100 mil habitantes. ¿Son pocos o muchos? Europa tiene 124, Brasil 260 y Estados Unidos 790 por cada 100 mil habitantes. Según los discursos gubernamentales, y la zozobra que se vive en muchas ciudades y poblaciones de México, todavía hay muchos delincuentes que andan sueltos y es en ese sentido que debería considerarse elevar en mucho el gasto en el rubro penitenciario.

La otra opción es reflexionar sobre las causas que nos han llevado como sociedad al punto de haber generado tantos delincuentes durante las últimas décadas. ¿En qué hemos dejado de invertir para prevenir y cuánto será el costo de las -supuestas- medidas correctivas?

Quizás una respuesta la encontramos en el contraste de las dos inauguraciones de la semana. La esplendorosa biblioteca puede dar servicio a 3 mil 600 usuarios simultáneamente, cifra similar a los reos que recibirá el penal de Hermosillo.

La cifra que no es similar es la del costo, pues en la construcción del edificio de la biblioteca se invirtieron 600 millones de pesos, una séptima parte del costo de la cárcel recién inaugurada.

En el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2012 se consideraron 16 mil 600 millones de pesos para el sector cultural: el equivalente a cuatro cárceles como esa de Hermosillo.

La inversión en cultura es necesaria y alentadora. La inauguración de ayer es para celebrar, y lo que ahí suceda es -sin duda- esperanzador. Ojalá que muchos niños, jóvenes y adultos conozcan y disfruten la nueva biblioteca, y que eso contribuya a que nunca vayan a pisar una cárcel, por moderna y segura que sea.

rogelio_campos@yahoo.com

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