viernes, 5 de marzo de 2010

Bailar samba

"En México no vendemos samba, sino proyectos contantes y sonantes", expresó el pasado lunes, en Madrid, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, donde sostuvo una reunión con empresarios del país ibérico. Se trató de una "conferencia de infraestructura" en la que se presentaron a potenciales inversionistas españoles las licitaciones más atractivas de nuestro País.

Al parecer, el funcionario ha acatado la instrucción del Presidente Calderón para "hablar bien de México". En días previos, Calderón había reclamado que los medios publiquen en primera plana la colocación de narcomantas del crimen organizado sin que tengan que pagar por ellas, y también dijo que al Gobierno le cuestan millones de pesos las primeras planas de los diarios (sic).

Esta desafortunada expresión ya tuvo ayer una respuesta del PRI en la Cámara de Diputados, pues pidieron que se investiguen los gastos del Gobierno federal en este rubro. Ese día, Calderón dijo que había que hablar bien de México y se mostró contrariado porque Brasil "se lleva la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos" a pesar de que su tasa de homicidios es más alta que la de México.

Molinar siguió a pie juntillas la expresa instrucción presidencial y habló bien de México, pero también siguió la instrucción tácita de enfocar sus baterías contra el país sudamericano. Molinar fue a "promocionar la competitividad y el atractivo de México como foco de inversiones".

Lo que no queda claro es si Molinar desconoce los datos del Foro Económico Mundial (WEF) o si cree que los españoles no los conocen. El WEF mide la competitividad de los países y ha construido un índice. México ocupó en el 2008 el lugar 52, en 2009 el 60 y en 2010 repite en el lugar 60. Brasil ocupó en el 2008 el lugar 72, en 2009 el 64 y en 2010 el 56. La lectura es sencilla: nuestro país se movió 8 lugares y Brasil 16, ¡pero en sentido inverso!

El índice considera una encuesta realizada en conjunto con una red de institutos asociados. Además, se incluyen instituciones líderes en investigación y organizaciones de negocios. La encuesta está diseñada para capturar un amplio rango de factores que afectan el clima de negocios dentro de la economía de un país. El informe presenta, además, una lista exhaustiva de las principales debilidades y fortalezas de los países, haciendo posible la identificación de aspectos prioritarios a ser sujetos de reformas políticas.

El estudio evalúa la solidez de las instituciones, la infraestructura, la estabilidad macroeconómica, la cobertura y calidad de la salud y la educación, la eficiencia y el tamaño del mercado, los servicios financieros, la tecnología, la facilidad para hacer negocios y la innovación. La suma de estos factores da como resultado la calificación y el lugar que ocupa cada país. Las declaraciones estridentes, el entusiasmo o el nivel de las ocurrencias no cuentan.

Es difícil saber si los miembros del Gabinete conocen estos pequeños detalles. Si los desconocen entonces van a este tipo de reuniones con empresarios a presumir su ignorancia, pero si los conocen estamos frente a dos posibles escenarios: los desdeñan o de plano quieren verle la cara a los potenciales inversionistas.

El hecho de que en tres años México se haya desplomado en competitividad responde a que en varios de los aspectos que se evalúan hemos hecho las cosas mal. Lo mismo, pero al revés, ha pasado con Brasil: hicieron la tarea en diversos rubros que se estudian y se miden con una metodología. Y no andan hablando mal de los mexicanos.

Brasil ha podido tener estos logros, entre otros factores, porque es el país líder en el continente en recaudación de impuestos. Nosotros, por el contrario, somos de los que menos recaudamos. Esos ingresos son los que han hecho falta para avanzar en todo lo que se mide. Esos avances son los que los han llevado a ganar la sede del Mundial y de los Juegos Olímpicos, y a que sean considerados por los estudios serios de prospectiva como una de las cuatro nuevas potencias mundiales (BRIC). De manera que lo que Molinar fue a vender a Madrid son cuentos, y lo que Brasil vende son mejoras a los indicadores en los que deberíamos estar aplicándonos. Además, también saben bailar samba.


rogelio_campos@yahoo.com