viernes, 15 de julio de 2011

Cómo hemos cambiado

No es lo mismo ver los toros desde la barrera. Esta frase bien puede aplicar al Presidente Calderón. Sus planteamientos, proclamas y exigencias de hace seis años distan mucho de su comportamiento como Presidente la República.

Actualmente hay dos casos que -nuevamente- enfrentan a Felipe Calderón con el Presidente de la República: el escándalo desatado con motivo de las revelaciones de Elba Esther Gordillo, y su posición respecto a los integrantes de su Gabinete que aspiran a la candidatura panista para sucederlo.

Calderón aceptó que hizo un acuerdo con Elba Esther; dice que fue un acuerdo por la calidad educativa y que, a cambio, respetó posiciones que Fox había negociado (MURAL, 7/07/11).

Vaya usted a saber qué tiene que ver la Lotería Nacional, el ISSSTE o las cuestiones de seguridad con la calidad educativa, pero en el reconocimiento de Calderón hay otras cuestiones que son relevantes.

En agosto del 2005, Felipe Calderón había pedido a la dirigencia nacional del PAN investigar los señalamientos que, según él, habían hecho militantes de su partido sobre una supuesta relación entre Santiago Creel y Gordillo: "He pedido que eso se investigue con toda profundidad por parte del partido, a fin de evitar una injerencia corporativa, con una estructura jerárquica distinta y ajena al PAN en nuestro proceso interno" (MURAL, 26/10/05).

Lo que son las cosas: Elba Esther terminó apoyando al precandidato Felipe Calderón en la contienda contra Creel y Alberto Cárdenas. La operación de Gordillo a favor de Calderón quedó al descubierto en conversaciones telefónicas que fueron publicadas (MURAL, 18/11/05).

En julio del 2006 se hacían públicas otras llamadas telefónicas, en las que nuevamente hay indicios del apoyo de Elba Esther a Calderón; en esa ocasión, en la elección constitucional (MURAL, 9 y 10/07/06).

Al parecer, el apoyo de Gordillo era condenable si era a favor del contendiente Creel, pero bien recibido en el cuartel calderonista.

El otro caso que revela las posiciones encontradas entre Felipe Calderón y el Presidente de la República es el que, paradójicamente, Santiago Creel ha puesto sobre la mesa. Creel ha pedido licencia como senador, y lanzó un reto a los demás aspirantes a la candidatura panista para que dejen sus cargos.

En febrero del 2005, 17 meses antes de la elección federal, Felipe Calderón demandaba a Creel ponderar la renuncia al cargo que tenía como Secretario de Gobernación. Con el Código de ética de servidores públicos del PAN en la mano, Calderón leyó media docena de artículos que, según él, podrían aplicarse a Creel (MURAL, 18/02/05).

Seis años después, y a pesar de que estamos a menos de 12 meses de las elecciones federales, el Presidente de la República pareciera tener un punto de vista contrario al que enarbolaba en el 2005. Hoy, tenemos tres Secretarios de Estado que, desde hace meses y con todas sus letras, han manifestado su interés por ser candidatos de su partido.

Estos Secretarios han destinado tiempo y recursos inherentes a su función para su proyección personal. Basta ver el número de comunicados de sus Secretarías en los años anteriores y los que han emitido durante 2011, o la atípica inversión publicitaria de algunas dependencias.

Valdría la pena saber qué pasó con el Código de ética al que recurrió Felipe Calderón en el 2005. ¿Ya no tiene vigencia porque fue abrogado? ¿Obligaba a Creel en el 2005, pero no a los Secretarios en el 2011?

En la página Web del PAN Jalisco sí aparece el enlace "Código de Ética", pero curiosamente, al tratar de abrirlo marca error. Probablemente en otras páginas del PAN suceda lo mismo y esa sea la razón de que no lo estén consultando.

Estos dos casos reflejan visiones diametralmente opuestas. La de Felipe Calderón, precandidato que iba abajo en las encuestas de la elección interna, que denunciaba el apoyo de una entidad corporativa, y la del Presidente de la República que pretende justificar sus arreglos y decisiones. Además, la del precandidato que, apelando a la ética, sugería la presentación de renuncias, y que ahora contrasta con el Presidente de la República que alimenta las aspiraciones de sus Secretarios.

No cabe duda, cómo hemos cambiado.

rogelio_campos@yahoo.com
Twitter @camposrogelio