También decíamos que el resultado sería tan tétrico para el PAN y el PRD que esos partidos deberían darse prisa por hacer algo antes de la elección del 2012. Sin embargo, la reacción que han tenido destacados personajes del blanquiazul y del partido del Sol Azteca no es el mejor indicio de que serán capaces de conseguirlo.
Llama la atención que, no obstante que varias encuestadoras serias y profesionales anticipaban una amplia victoria para el PRI, pareciera que los resultados tomaron por sorpresa a las dirigencias del PAN y del PRD.
Desde que cerraron las casillas los dirigentes partidistas no hablaron. Tuvimos que esperar al martes para que emitieran su punto de vista sobre lo acontecido. No se entiende que los presidentes nacionales de los partidos que perdieron, no tuvieran estructurado un mensaje frente a semejante descalabro.
El espacio que las dirigencias dejaron vacío, de inmediato se llenó con otras voces. Algunos precandidatos presidenciales aprovecharon para posicionarse. Ebrard se quejó de no haber construido alianzas. Él las impulsó para 2011, pero se ha opuesto a las mismas para 2012.
Otro que aprovechó el silencio de su dirigencia nacional fue el Gobernador de Jalisco, quien dijo que el candidato para 2012 debe ser alguien con exitosa experiencia electoral. Cabe mencionar que, de los siete aspirantes del PAN, el único que ha ganado elecciones -no plurinominales- es precisamente el que da la receta del triunfo.
Hubo más voces, pero la mayoría en el mismo tenor: encontrar culpables y dar recetas para el triunfo en 2012. Lo que no hubo fue autocrítica, y así va a ser muy difícil que puedan recuperarse de la paliza del pasado domingo.
Sin embargo, hay algo que en realidad es muy preocupante. El Presidente de la República no felicitó a ninguno de los ganadores el pasado domingo. Hay que mencionar que hace un año, el jefe del Estado mexicano sí llamó a los candidatos ganadores, a escasas horas del cierre de las casillas.
Nuestro jefe de Estado se ha tomado tiempo para felicitar a Ximena Navarrete cuando fue coronada Miss Universo, a la selección de futbol cuando ganó la Copa de Oro, y hasta a los Pumas cuando se coronaron frente al equipo de los amores de Calderón: el Morelia.
Por eso la actitud de Calderón deja un mal sabor de boca y muestra que los resultados del domingo calaron hondo. Felipe Calderón se molestó, al grado de perder -de fea forma- el estilo: no es entendible que alguien que se jacta de ser un político profesional haya dado semejante bandazo.
La omisión de Calderón no fue un simple descuido y sigue confirmando que desde hace tiempo se apartó de su papel de jefe de Estado para abrazar el cargo de jefe -de facto- de su partido. Lo que tanto tiempo fue objeto de crítica por los panistas, ahora es ejercido -como en los mejores tiempos- por un Presidente emanado de sus filas.
Hace un año, el Presidente de la República felicitaba a los triunfadores -aliancistas- de las elecciones en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, y hasta les ofrecía el apoyo del Gobierno federal. Ahora, a pesar de que la ventaja de los resultados fue mucho mayor que en 2010, y por tanto se contaba con los elementos para tener claridad en los triunfos, Calderón decidió guardar silencio y castigar a los ganadores con el látigo de su desprecio.
La cuenta de Twitter de Calderón no registra actividad el pasado domingo. Fue el lunes cuando felicitó... a la selección de futbol de menores de 17 años por conseguir su pase a la semifinal del Mundial de esa categoría, que se celebra en nuestro país.
En otras partes del mundo, el Presidente es Jefe de Estado y el Primer Ministro es Jefe de Gobierno; en México, como en los sistemas presidencialistas, el Presidente de la República ejerce ambos cargos.
Felipe Calderón ha abandonado el cargo de Jefe de Estado -lo ha dejado vacante- en la medida que ha dado muestras tan evidentes de parcialidad. Esto es lo más preocupante rumbo al 2012.
rogelio_campos@yahoo.com