Esta semana por fin se integró el pleno del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco (IEPC) que habrá de organizar las elecciones locales del próximo año. Los consejeros tienen una pesada tarea y el tiempo en contra. Adicionalmente, hay factores que pueden incidir en complicaciones mayores.
La historia de la recomposición del órgano máximo de dirección no podía haber sido más accidentada. Los partidos quisieron tomar como referencia lo ocurrido con el IFE, donde hubo una purga de consejeros. En el caso del órgano local, quisieron quitar a todos al mismo tiempo. No tomaron en cuenta que en el caso del IFE el relevo fue gradual y algunos consejeros permanecieron.
Tampoco tomaron en cuenta que para hacer los movimientos en el IFE se reformó la Carta Magna, y es precisamente nuestro máximo ordenamiento el que protege a los consejeros locales de ser removidos. Mientras los ex consejeros del IFE no contaban con un instrumento legal de defensa, los consejeros locales nunca lo perdieron. Al parecer, a nuestros diputados se les olvidó que las reformas a la constitución local no pueden contravenir la federal.
En la reforma a la constitución local se estableció la posibilidad de indemnizar a los consejeros que decidieran no participar en el proceso de renovación o que participando no lograran la designación. Esa parte fue declarada inconstitucional por la Suprema Corte. Las indemnizaciones ya se habían hecho, en medio de un enredo jurídico-presupuestal que todavía está por verse cómo se resuelve. Los que no aceptaron la millonaria indemnización se quedaron, en contra de la voluntad de los partidos.
Al ver que no resultó la maniobra, los partidos sacaron sus cuentas; algunos se ajustaron a la realidad y de ahí partieron para jugar su tablero. Sacaron una convocatoria tan mal hecha que emplaza a la designación de "consejeros ciudadanos", mientras que el cargo -según la legislación- es de consejeros electorales. Por su parte, el PRI se quedaba solo, pidiendo que se eligiera a los suplentes.
Al parecer, el pasado jueves la fracción parlamentaria del PRI habría interpuesto una Controversia Constitucional en contra de la designación de los dos consejeros recientemente designados. En caso de que la controversia fuera favorable para los priistas, podrían darse varios escenarios: el primero es que los suplentes asuman, y cabe la posibilidad de que contemos con un consejo integrado por nueve miembros -ya hay antecedentes de que por medio de resoluciones judiciales los órganos electorales amplían el número de consejeros-.
Si los consejeros suplentes fueran reinstalados, tendría que repetirse la elección del presidente, y la correlación de fuerzas favorecería al PRI. Si el número de consejeros aumentara a nueve, el PAN y el PRI quedarían con cuatro cada uno y, paradójicamente, el voto decisivo sería el del consejero identificado con el PRD.
Independientemente de lo anterior, el IEPC cuenta con dos semanas para elaborar 40 reglamentos. Así lo obliga la legislación. Además, debe proceder a integrar las comisiones y a nombrar o ratificar a los directivos. Si decide remover directivos, cabe la posibilidad de que tenga que pagar sumas millonarias por las demandas que interpongan. Recientemente, por el mismo motivo, el IEPC tuvo que pagar dos indemnizaciones que ascienden a los 3 millones de pesos cada una.
El inicio del proceso electoral está en puerta -el IFE ya declaró formalmente el inicio del proceso federal-. En Jalisco tenemos elecciones simultáneas, y es imprescindible avanzar al mismo tiempo que lo hace el IFE.
Por si lo anterior fuera poco, el instituto local tiene un rezago inexplicable en el proceso de fiscalización de las campañas políticas ¡del 2006! Esto quiere decir que los partidos no han sido sancionados por las irregularidades en el ejercicio de los recursos que emplearon hace más de 30 meses.
No se entendería que iniciara el proceso electoral del 2009 sin la definición de las multas correspondientes. Si acaso los partidos no fueran multados, o lo son con cantidades ridículas, los consejeros estarán mandando una mala señal que incidiría en la falta de confianza.
No son los únicos retos de los consejeros. Al mismo tiempo que los enfrentan, tendrán que acortar los tiempos para acoplar a los que llevan más de tres años en el cargo con los recién llegados.
La asimetría de información sobre la estructura, personal y usos y costumbres del organismo repercute en los liderazgos al interior, y puede ser un factor que incida en la falta de entendimiento. Ojalá puedan sortear correctamente estos enredos.