viernes, 19 de noviembre de 2010

300


La película "300" está basada en la novela gráfica del mismo nombre, cuyo autor es Frank Miller. El filme recrea una parte de la Batalla de las Termópilas, que libraron los 300 guerreros espartanos del Rey Leónidas contra la nutridísima armada de Xerxes I, el "Dios-Rey" persa. Por supuesto que estamos frente al género de la fantasía histórica.

Pero el número 300 y lo fantástico también son aplicables a hechos de la vida real mexicana. Esta semana, medios nacionales publicaron la remuneración que tendrán en 2011 los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y los datos son impresionantes.

Estos funcionarios -en números cerrados- tendrían ingresos anuales por la cantidad de seis millones de pesos; casi 500 mil pesos al mes. En diez años, que es lo que dura su cargo, amasarán una fortuna considerable: 5 millones de dólares.

Cada uno de estos magistrados percibe diariamente -incluidos domingos y días festivos- 16 mil 500 pesos. Esta cantidad representa lo que percibe la suma de 300 empleados con salario mínimo. Cabe mencionar que vivir actualmente con salario mínimo tiene por lo menos el grado de heroísmo que tuvieron los guerreros de Leónidas.

¿Es justo que siete funcionarios públicos perciban esas remuneraciones? Habrá quien lo justifique con el argumento de que corresponde a tan alta responsabilidad de su función. Si lo que perciben no fuera justo además sería paradójico, en razón de que se les paga por y para impartir justicia. No voy a juzgar si es justo o estamos frente a un exceso. Partiré del supuesto de que es lo adecuado.

Si lo que perciben estos funcionarios es lo adecuado, entonces debemos aprovechar la lección de concordancia entre responsabilidad-remuneración. En lo personal lo haré para plantear dos propuestas: reducción de gasto electoral y establecimiento de una relación máxima entre salario mínimo y salario máximo.

Debemos gastar menos en nuestras elecciones. Vamos muy rezagados en la implementación del voto electrónico, como el que tienen en Brasil. El voto electrónico reduce las impugnaciones y disminuiría la carga laboral de los magistrados electorales, y entonces podría empezar a pensarse en pagarles menos. El voto electrónico es más económico, más ecológico y propiciaría condiciones para que el día de las elecciones pudiéramos votar por algo más que representantes: destino del presupuesto, realización de obras públicas, macrobús o tren eléctrico y hasta temas tan importantes -y vitales- como el color de un puente.

Sí se puede implementar el voto electrónico: no sólo se utiliza en EU y en Europa. Brasil logró implantarlo desde hace más de diez años a pesar de tener una brecha digital similar a la de nuestro país y contar con mayor población y territorio que México.

Brasil también logró unificar su función electoral en un órgano: el Tribunal Electoral, de manera que allá no hay IFE y Trife, sino solamente uno. También se quitaron la tara del supuesto federalismo y constituyeron un órgano electoral nacional (no federal como en México). Así, en lugar de tener 66 órganos electorales solamente tienen uno.

Si tenemos funcionarios tan bien pagados valdría la pena aprovecharlos para que de una vez se avienten el trabajo que hacen sus colegas en Brasil, y dejar de pagar tantos órganos electorales.

La otra propuesta -ya se ha planteado- consiste en que, además de que haya salarios mínimos, existan salarios máximos y que entre ambos haya una proporción, por ejemplo: ningún servidor podrá percibir más de 50, 70 ó 100 salarios mínimos. 100 salarios mínimos no es una cantidad menor: 171 mil pesos mensuales.

No dudo que haya algunas responsabilidades que merezcan ganar más de lo que actualmente representan 100 salarios mínimos, pero entonces estaríamos frente a la oportunidad de tener que elevar el salario mínimo, y así todos ganarían: a mayor salario mínimo, mayor salario máximo.

Recientemente la Suprema Corte se pronunció por que el IMSS no pague pensiones mayores a 25 salarios mínimos y solamente pagar -como tope- 10 salarios mínimos. ¿No sería más razonable que en lugar de ganar 300 salarios mínimos, "solamente" ganaran 100?