El Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) estipulaba desde su entrada en vigor las fechas en las que tendrían lugar una serie de liberalizaciones o aperturas en diversas materias. Con motivo de la entrada en vigor de una nueva etapa relativa a la materia agrícola, se ha reavivado el debate sobre revisar los términos de este acuerdo (erróneamente llamado tratado).
Alberto Cárdenas, Secretario de Agricultura, dice que "hay con qué hacer frente" a esta nueva etapa de la apertura y exhortó a los productores nacionales a afrontarla "con mucho corazón". Una cosa deja clara: no es posible igualar los subsidios que en la Unión Americana y en Canadá se da a los agricultores.
De los subsidios mejor ni hablar, porque es una palabra proscrita de la religión económica practicada hoy en día en México, y quien la escriba, pronuncie, lea o simplemente la piense incurre en sacrilegio. Amén. Ya los sacerdotes de esta religión nos han explicado hasta el cansancio que esos son pecados mayores en los que no debemos incurrir. El dogma de fe impide cuestionar la razón de que nuestros socios comerciales realicen esas prácticas o que un país como Suiza sea líder de las mismas, sin que se vea que vayan a pagar por semejantes pecados.
Acerca de afrontar las cosas con "mucho corazón"... pues también sería bueno olvidarnos de la frase, ya que fue la misma que utilizó Alberto Cárdenas (a) El Caballo Negro, cuando fue impulsado por el Rey del Pan (Bimbo) como precandidato del otro PAN a la Presidencia de la República. En ese entonces, el Caballo Negro decía que iba por la candidatura "con el corazón por delante". Lo mejor sería afrontar las cosas "con mucha cabeza" o "con la inteligencia por delante", aunque a nuestros campesinos los han mandado desde hace más de 14 años, fecha de inicio del TLCAN, con otras partes del cuerpo por delante.
Por tanto, es mejor quedarnos a analizar el argumento de que "hay con qué hacer frente" a esta nueva etapa. Veamos.
Por lo pronto hay menos tierra que antes. Hasta donde se sabe la agricultura requiere de la tierra. La tierra agrícola ha cedido frente a los desarrollos habitacionales. Muchos de estos complejos se hicieron al vapor, sin los vocacionamientos adecuados; no son sustentables, se inundan y carecen de una infraestructura. Ni hablar de la calidad de las "viviendas" que ahí se construyen.
Si bien estos "desarrollos" carecen de lo que se menciona, sí han contado con algo: el visto bueno de las autoridades de todos los ámbitos de gobierno, que las han validado, convalidado o se han hecho de la vista gorda en las múltiples violaciones a diversos ordenamientos. Adicionalmente, se destinan créditos para la vivienda como nunca antes y se han reformado leyes para que los señores del dinero puedan prestar con las garantías que ellos requieren, entre otras muchas facilidades. No es que se esté en contra de los verdaderos y adecuados desarrollos habitacionales, lo que se evidencia es que todo lo que se ha dado a este sector se le ha negado al campo.
También hay menos mano de obra agrícola que antes, y hasta donde se sabe también es necesaria para la actividad agrícola. Nada más falta que nos vengan con el cuento de que no se necesita la mano de obra física, y que lo que se requiere es tecnificar o tecnologizar el campo. Si así fuera, cuál sería la razón de que en la Unión Americana sí estén contratando mano de obra mexicana, la misma que se va de México por falta de oportunidades en el mismo sector. Sobran evidencias de que cada vez son más los mexicanos que se van al norte a trabajar en el sector agrícola
El 24 de septiembre de 1999, MURAL daba cuenta de una gira que realizó Alberto Cárdenas a la Unión Americana. En ese entonces era Gobernador de Jalisco y visitaba a su homólogo de Arkansas, nada menos que Mike Huckabee, el evangelista y flamante ganador de la elección primaria del Partido Republicano en Iowa. En esa gira, Cárdenas propuso que se convocara a una reunión entre todos los Mandatarios de los estados por donde se "construiría" la carretera del TLCAN.
A más de ocho años, dicha reunión nunca se efectuó, pero lo verdaderamente sorprendente es que prácticamente todas las entidades de México hicieron ya su tarea, con excepción de... Jalisco. Curiosamente, uno de los tramos que faltan es el que pasa por la tierra del Caballo Negro. Estas son algunas más de las obras faltantes en Jalisco para la carretera del TLCAN: el macrolibramiento de Guadalajara y el de Lagos de Moreno (obras que ya existen en San Luis Potosí, Matehuala, Saltillo, Monterrey y Nuevo Laredo).
También hace falta ponerle menos imaginación a las cosas y llamarlas por su nombre. Sirva como ejemplo la pomposamente llamada "Autopista de Guadalajara- Lagos de Moreno", que en realidad es Guadalajara-San Juan de los Lagos y que sólo poniendo mucho corazón e imaginación puede alargarse como autopista cuarenta kilómetros más. También para que sea autopista se requiere que tenga una gasolinera a la orilla de la cinta asfáltica. ¿Se ha percatado usted de que en poco más de 150 kilómetros no encuentra una gasolinera? En carreteras falta que los jaliscienses hagamos la tarea, ya que de toda la ruta (Colima- Jalisco- una pequeña parte de Zacatecas- San Luis Potosí- Coahuila- Nuevo León- Tamaulipas), sin duda los tramos más terribles están en Jalisco.
Alberto Cárdenas siempre mostró su simpatía con el TLCAN, lo hizo en cada declaración alusiva al tema; igual lo hizo con el Atlas. Para "El Gober" cada temporada el equipo de sus amores "estaba para campeonar". De hecho, resulta extraño que no se autonombrara El Caballo Rojinegro. El TLCAN y el Atlas tienen en común la simpatía del Caballo (roji) Negro; la unión de las letras TL; el hecho de que ambos, a la luz de sus seguidores "tienen con qué" y "ponen el corazón por delante" y... los resultados.
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