viernes, 22 de junio de 2012

Linchar encuestadores

Hoy llegamos al día 84 de las campañas: solamente faltan seis para que concluya el periodo de proselitismo. El promedio de las encuestas públicas, apartidistas y de empresas prestigiadas indica que en los últimos 90 días perdieron puntos Peña Nieto (3.5) y Vázquez Mota (5.5); mientras han aumentado sus preferencias AMLO (6.5) y Quadri (2.5) .

Estos números son los que promedia el reporte de empresas con trayectoria, reconocimiento y prestigio que decidieron -como en otras ocasiones- realizar y publicar periódicamente sus estudios de opinión: BGC-Ulises Beltrán, Buendía & Laredo, Consulta Mitofsky, GEA-ISA, Parametría y Grupo REFORMA.

Los seguidores de Vázquez Mota y de AMLO no dan crédito a los números: no entienden las causas de que Peña no haya caído estrepitosamente. En las redes sociales acusan a los encuestadores de ser priistas, corruptos y vendidos. Llegan a la misma conclusión a la que arribó AMLO: las encuestas están "copeteadas".

Para contrarrestar las prácticas "corruptas" de los encuestadores, los seguidores de AMLO y de Josefina se dedican a compartir encuestas falsas. Mediante correos electrónicos y en redes sociales (Facebook y Twitter) envían y publican "Encuesta del Washington Post en la que va ganando AMLO", o "Encuesta del New York Times en la que va arriba Josefina", o "Encuesta del IFE, Resultados Oficiales...". Las supuestas mentiras de los encuestadores combatidas con las falsedades de los juzgadores: fuego contra fuego, la Ley del Talión. "Si los encuestadores falsean los datos, por qué no vamos a hacerlo nosotros". ¡Faltaba más!

Entre abril y junio del 2000 y 2006, las preferencias de Fox y Calderón solamente aumentaron 4 puntos. En este proceso electoral AMLO ha crecido 6.5. Entre abril y junio del 2000 y 2006, Labastida y AMLO -que eran punteros- cayeron 8 y 2 puntos, respectivamente. Peña ha caído 3.5, pero si consideramos los puntos más altos del priista, la caída ha sido hasta de 10 puntos. Sí se ha detectado variación considerable de preferencias con relación a procesos anteriores.

AMLO fue candidato imponiéndose a Ebrard en un ejercicio basado en encuestas. Por cierto, una de las encuestadoras en las que se sustentó la candidatura de AMLO (Covarrubias) ha reportado números similares que el promedio de las encuestas públicas, apartidistas y prestigiadas. Josefina llegó a ser candidata -en parte- por el apoyo que se reflejaba en las encuestas.

Hace seis años, el promedio que arrojaban las encuestas en la segunda quincena de junio fue muy cercano al resultado oficial. Cuatro candidatos obtuvieron una votación menor a las preferencias reportadas por los estudios de opinión: AMLO 0.4 por ciento, Madrazo 4, Mercado 0.37 y Campa 0.04. Solamente Calderón obtuvo un porcentaje de votación mayor al que reportaba el promedio de las encuestas: 2.5 por ciento. Diferencias dentro del margen de error que indican los propios estudios de opinión.

A pesar de los antecedentes, en esta ocasión se ha optado por lo fácil: negar los resultados, descalificar y ofender, con frenesí, a los encuestadores. Definitivamente para algunos es fácil -y hasta fascinante- imaginar a los corruptos y maquiavélicos encuestadores, reunidos para conspirar y alinear sus resultados para que salgan casi iguales y así poder influir en las débiles mentes de los mexicanos.

Lo difícil es plantearnos la posibilidad de que los encuestadores sean parte de los mexicanos profesionales y honestos que quieren seguir percibiendo ingresos, pero también incrementar su prestigio. Lo difícil es aceptar que lo que se ha publicado puede ser muy cercano a los resultados oficiales. Lo difícil es desentrañar y entender las causas de que el candidato que no queremos, vaya alto y el que apoyamos, no levante.

Si los resultados del 1 de julio son muy distintos -totalmente fuera de los márgenes de error- del promedio de las encuestas prestigiadas, los que tomaron el camino fácil habrán acertado: México podrá vivir sin sus encuestadores chafas. Pero si se repite la historia del 2006, nos daremos cuenta de que tenemos millones de mexicanos que descalifican y difaman sin fundamento... y encuestadores profesionales y honestos, aunque con eso no ajusta para construir un México democrático.


rogelio_campos@yahoo.com

Twitter @camposrogelio