viernes, 26 de marzo de 2010

Ridículas minorías

El pasado miércoles, durante la clausura del 24 Encuentro Nacional de Vivienda, el Presidente Calderón -refiriéndose al crimen organizado- expresó ante los empresarios del ramo: "los mexicanos no nos vamos a dejar dominar por una bola de maleantes que son una ridícula minoría montada sobre el miedo, la corrupción, con la cobardía de muchos durante mucho tiempo".

Calderón recurre al fraseo que ya se ha utilizado en otros países que han vivido situaciones similares a la que hoy vive México: establecer dos bandos, el de los buenos, que son muchos, y el de los malos, que son pocos. Este argumento se utilizó en Colombia y ya nadie lo cree. Así lo han expresado destacados escritores y periodistas como Laura Restrepo y José Alejandro Castaños.

El punto no es que sean pocos o muchos, hay muchos ejemplos de "ridículas" minorías que tienen una enorme influencia.

Tenemos el caso de algunas grandes empresas que recurren al outsourcing, que no pagan agua, cuotas al seguro social o impuestos. Son una minoría y -siguiendo con el fraseo del Presidente- sí nos hemos dejado de ellos. La evasión, defraudación, elusión y compensación de los impuestos que deberían pagar nos tienen postrados en los últimos lugares de recaudación del continente.

La falta de estos recursos es la que no permite mayor inversión en salud, educación, ciencia, tecnología. Si no nos dejáramos de esta "ridícula minoría" podríamos abatir los niveles de pobreza y desigualdad que son caldo de cultivo para que los ciudadanos comunes y corrientes sean reclutados por actividades ilegales.

También está el caso de la ridícula minoría que se benefició del Fobaproa, que seguimos pagando los mexicanos. El mismo día que el Presidente Calderón pronunciaba su discurso ante los empresarios de la vivienda, el Rector de la UNAM decía en Guanajuato que "en México importan más los rescates bancarios que los sociales". Otra ridícula minoría que se inscribe en esta lógica es la de los empresarios que fueron beneficiados por el "rescate carretero".

El ámbito empresarial está dominado por un esquema de monopolios, o duopolios, que representan la expresión máxima de la minoría. Esta situación ha llevado a que el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas haya emitido una recomendación al Estado Mexicano -en el Examen Periódico Universal Cuatrianual- en el sentido de que la acumulación de medios de comunicación electrónica en pocas manos atenta contra los derechos humanos.

No debemos omitir la ridícula minoría que controla las decisiones políticas del País, lo mismo las cúpulas de los Poderes de la Unión, de las entidades de la República y de los partidos políticos, que se conducen con una enorme lejanía de las necesidades de las mayorías.

La "ridícula minoría" que menciona Calderón maneja un "pequeño" negocio de 30 mil millones de dólares anuales, tan sólo en el rubro de lavado de dinero. Una cantidad similar a la de las exportaciones petroleras y superior a la del ingreso de remesas o a la de la inversión extranjera directa. De ahí que no importa -en esta o en otras minorías- si son pocos o muchos, sino la influencia y el margen de maniobra que les permite ese cúmulo de poder económico, y si el Estado puede o no contenerlos por varios frentes.

Un ejemplo de la capacidad de penetración del crimen organizado lo vimos a principios de mes. Noticieros Televisa presentó un trabajo periodístico de excelente manufactura que descubre la realidad que viven los mexicanos presos en España justamente por tratar de introducir drogas al país ibérico. Entre los presos hay estudiantes de universidades privadas, maestros universitarios y todo tipo de personas que han sido enroladas para cometer actos ilícitos.

El Presidente Calderón reprochó en el acto de los industriales de la vivienda a quienes han señalado que la estrategia del Gobierno fue errónea, y retó a que propusieran qué hacer.

Bien podríamos empezar por acudir a la experiencia de los países que ya pasaron por situaciones similares a la que padecemos; ahí encontraríamos que estamos cometiendo varios y graves errores en esta cruzada, por ejemplo el de reducir la discusión a un asunto de pocos o muchos, o de buenos y malos. Ese no es un asunto de inteligencia, es de sentido común.


rogelio_campos@yahoo.com