viernes, 21 de diciembre de 2012

Detrás del maquillaje

Detrás del maquillaje
Por Rogelio Campos

El Gobernador contrató a escondidas un monto considerable de deuda a corto plazo, y lo mantuvo en secreto por lo menos durante los primeros diez meses de 2012. De enero a octubre no hay registro de noticias que hagan referencia al oscuro préstamo por mil 400 millones de pesos que habrían sido para pagar deudas de los Juegos Panamericanos.

Hasta octubre, MURAL y los demás medios solamente habían publicado que se debían 500 millones de pesos a los proveedores de los Panamericanos. El 22 de agosto, Mario Vázquez Raña, mandamás de la Odepa, denunció la existencia de una "escandalosa" deuda por mil millones pesos, pero al día siguiente, Carlos Andrade Garín desmentía categóricamente lo dicho por Vázquez Raña.

Vázquez Raña estaba equivocado. No se debían mil millones, se debían más de dos mil: 500 a los proveedores, mil 400 de un crédito oculto y un monto -que no conocemos- por concepto de intereses crediticios y moratorios.

El Gobernador evadió el camino de solicitar la aprobación del Congreso para contratar deuda y se refugió en el artículo sexto de la Ley de Deuda Pública, que dice: "No constituirán deuda pública las obligaciones directas a corto plazo que se contraigan para solventar necesidades urgentes, producto de circunstancias extraordinarias e imprevisibles...". Así contrató el crédito por el equivalente a poco más de 100 millones de dólares. No hay que olvidar que los intereses de los créditos a corto plazo son considerablemente mayores.

Resulta difícil creer que los adeudos fueran producto de circunstancias imprevisibles: desde muchos años antes de los Panamericanos se sabía de su organización y -se supone- de su costo. Y si las circunstancias eran urgentes, extraordinarias e imprevisibles, resulta sospechoso que ese escenario no haya merecido un comunicado oficial oportuno.

El propio artículo sexto de la referida ley pone candados a este tipo de créditos, ya que su vencimiento y liquidación se deben realizar en el mismo ejercicio anual para el cual fueron contratados. Si el crédito se contrató a principios de este año, como lo reveló el Secretario de Finanzas (MURAL, 3/11/2012), debe pagarse este mismo año. De hecho, algunas notas periodísticas indican que precisamente hoy, 21 de diciembre, vence ese plazo. Quizás se fijó el día de vencimiento para no tener que pagarlo, porque dicen que hoy sería el fin del mundo...

La fecha límite impuesta por el banco es el 21 de diciembre, y el 31 de este mes es la fecha límite que impone la Ley de Deuda Pública. Por cierto, sería conveniente saber cuál es el banco con el que se contrató, la tasa de interés y la sanción económica y los intereses moratorios previstos en el contrato de crédito, si no se paga hoy.

Como sea, si el crédito se contrató en esas condiciones es porque había suficiencia presupuestaria para pagarlo en 2012, pero... resulta que no. El artículo octavo de la Ley de Deuda Pública establece que "Las operaciones de crédito público realizadas en contravención a las disposiciones previstas en la presente ley son nulas de pleno derecho sin perjuicio de la responsabilidad en que incurran quienes las lleven a cabo".

La contratación del crédito contraviene además varias disposiciones previstas en la Ley de Deuda Pública, y por tanto -según la propia ley- son nulas y deben ejercerse las acciones legales correspondientes.

Para muestra de las disposiciones vulneradas, en el artículo sexto encontramos un botón. Los créditos de corto plazo, a pesar de no ser considerados como deuda pública, "quedarán sujetos a los requisitos de información y registro previstos en esta Ley". Resulta muy extraño que nadie se haya percatado de la existencia del crédito si éste, a pesar de no ser considerado técnicamente como deuda pública, sí se encuentra sujeto a los mismos requisitos de información y registro que los otros.

Las cosas se empiezan a explicar cuando se consulta la página del Gobierno del Estado: en ningún lugar se encuentra publicitado ni registrado el crédito de marras, pero lo más grave es que el Gobierno no solamente no lo publicó, sino que hizo todo lo posible por ocultarlo, llegando a maquinar versiones alejadas de la realidad y a maquillar cifras sobre el verdadero adeudo de los Panamericanos. ¿Así se quedará?

rogelio_campos@yahoo.com

Twitter @camposrogelio