A pesar de que en el conteo definitivo del IFE Enrique Peña Nieto tiene una ventaja tan amplia respecto al segundo lugar (6.69 puntos), como la que Vicente Fox obtuvo ante Francisco Labastida (6.4), el virtual triunfo del tricolor tiene un sabor amargo para los priistas. La votación que los regresa al poder (38.23) es apenas dos puntos mayor que con la que perdieron la Presidencia en el 2000 (36.11).
El porcentaje de votos de Peña Nieto está más cerca del obtenido por Felipe Calderón (35.89) que del que llevó a Fox a la victoria (42.52). Nada que ver con las expectativas de una mayor ventaja que perfilaban algunas encuestas, y tampoco les permitirá tener mayoría en la Cámara de Diputados.
En 2000 y 2006 los candidatos triunfadores venían de abajo, mientras que Peña Nieto y los candidatos priistas venían para abajo. Quedó la sensación de que los priistas fueron salvados por la campana. Peña Nieto enfrenta un escenario similar al que ya le tocó vivir a Felipe Calderón: impugnación de la elección y, en todo caso, vivir y gobernar desde una ciudad hostil, hoy más perredista que nunca. A lo anterior, hay que agregar la imagen del candidato, que ha sido seriamente vulnerada por las acciones de resistencia del movimiento #YoSoy132 y una intensa actividad en redes sociales.
Un tema obligado es el de las encuestas. Quitando los votos nulos y por candidatos no registrados se obtiene la votación efectiva, que es lo más parecido a lo que miden las encuestadoras. Los resultados oficiales (votación efectiva) reflejan una diferencia, entre el primer y segundo lugar, de 6.86 por ciento. Seis de 13 encuestas públicas -considerando el margen de error- coinciden con la ventaja entre Peña y AMLO: Ipsos (7), María de las Heras (7.6), Votia (6.2), Berumen-Observatorio Electoral Universitario (6.1), Grupo Reforma (10) y Covarrubias (11).
Las otras siete se salen de rango, en la diferencia entre el primero y segundo lugar: Mitofsky (15.1), Parametría (15.2), BGC-Ulises Beltrán (16), Buendía & Laredo (17.1), Conestadística (17.7), Gea-Isa (18.6) e Indemerc (19.9).
Hace seis años, el promedio de las encuestas fue muy cercano al resultado oficial. Calderón obtuvo 2.5 por ciento más votos que el promedio de las encuestas; los demás candidatos obtuvieron menor porcentaje: AMLO 0.4, Madrazo 4, Patricia Mercado 0.37 y Roberto Campa 0.04.
Durante los últimos meses siempre recomendamos seguir el promedio -también llamado consenso- de las encuestas. En esta ocasión, el promedio de las 13 encuestas, incluyendo las que marcaron grandes diferencias entre el primero y segundo lugar, estuvo más alejado de los resultados que en el 2006: Peña Nieto (2.97) y Quadri (0.52) obtuvieron menos de lo que les daba el promedio de las encuestas, mientras que AMLO (2.96) y Josefina Vázquez Mota (2.18) obtuvieron más.
En el 2006, la diferencia promedio, por candidato, entre todas las encuestas y los resultados oficiales fue de 1.46 por ciento, mientras que en el 2012 fue de 2.15. Sin duda, el problema está en que las que se salieron de rango tuvieron mayor frecuencia y exposición mediática: Milenio, OEM, Excélsior, Radio Fórmula (2), El Universal y El Financiero; mientras que las que se ajustaron al resultado -considerando el margen de error probabilístico- se publicaron con menor frecuencia y en menos medios: Radio Fórmula, SDP Noticias, Grupo Reforma y UnoTV.
Llama la atención que empresas internacionales como Gallup o Zogby no realizaron encuestas. Zogby sí publicó su encuesta en 2006, y Gallup las aplicó este año en República Dominicana y en Nicaragua para elecciones presidenciales, y en Colombia para medir la aprobación presidencial. La contratación y publicación de una encuesta de firma internacional habría tenido gran impacto.
El conteo rápido del IFE, basado en estadística y probabilidad, publicó resultados poco después de las 11 de la noche del domingo. Fue un excelente ejercicio que adelantó los rangos de votación que obtendrían los candidatos. La diferencia entre el conteo definitivo y el punto medio del conteo rápido fue mínima: Josefina 0.12, Peña .01 y AMLO -0.16. Extrañamos esa precisión en los resultados de las casas encuestadoras, aun sabiendo que una encuesta es tan sólo una aproximación, pues en mucho nos hubieran ayudado.
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