Lo que nos está pasando como País -en general- tiene semejanza con lo que nos ocurre en el futbol. Nuestra Selección ya no es el gigante de la Concacaf; ya nos faltan el respeto frecuentemente y nuestro boleto al Mundial está -como pocas veces- en riesgo. Algo similar nos pasa en otros ámbitos: hace algunas décadas éramos vistos como hermano mayor de los países de América Latina y como referente regional obligado, ahora utilizamos los índices modernos -los que miden las cuestiones de interés y de verdad- como si fueran toboganes.
El Foro Económico Mundial (WEF) dio a conocer esta semana el Índice Global de Competitividad (GCI, por sus siglas en inglés) 2008-2009. Es un ejercicio anual que comprende 134 países. Los resultados nos sirven para hacer un alto en el camino y poner algunas cosas y personajes en su justa dimensión.
Hace un año, México se encontraba en el lugar 52. Doce meses después, en el lugar 60. Hemos perdido ocho lugares en un año. Si tomamos como referencia el lugar que teníamos en 2000 (34), hemos perdido un promedio de dos lugares por año. Estamos por debajo de Botswana, Costa Rica, Panamá, Latvia, Polonia, Barbados, Túnez y 52 países más.
Al darse a conocer la crisis mundial económica, nuestros gobernantes cometieron una cadena de errores que en cualquier otro país les hubiera costado el cargo. Se dijo que iba a ser un catarrito, y resultó una muy grave enfermedad. Luego se dijo algo que era determinante: México está blindado, ha hecho un manejo responsable de sus finanzas y estamos preparados para la crisis. También se dijo que, a diferencia de las anteriores crisis, la que enfrentábamos en esta ocasión tenía una causa externa y no era exclusiva de nuestro País, pues era mundial.
Si es cierto que hemos venido haciendo un buen manejo de la economía... ¿por qué no se refleja en el bolsillo?, ¿por qué un Gobierno de tantos aciertos como el de Fox perdió 21 lugares en el citado índice en tan sólo seis años?, ¿por qué otro Gobierno de tantos aciertos -el de Calderón- ha perdido cinco, en poco menos de tres años?
Una respuesta la encontramos en el incremento de la cantidad de países que son evaluados año con año. Pero en los reportes anuales se puede apreciar lo que, en el futbol, sería una tabla de posiciones: hay países que antes estaban por debajo de nosotros y nos han venido alcanzando y superando. También hay países que antes no eran invitados al campeonato -en este caso al GCI- y al incluirlos puntean mejor que nosotros: en ese sentido hemos defraudado a los evaluadores del WEF que pusieron sus ojos en México desde hace años y no en otros países; son estos últimos los que se han venido integrando y demuestran ser más competitivos -dan más espectáculo- que nosotros.
Habría que explicarles a nuestros gobernantes que esto es -en cierta medida- como el futbol: es una competencia. Está en disputa atraer inversión extranjera, turismo, mercados, ofertar nuestras exportaciones, etcétera. De nada sirve informar: "construimos tantas escuelas, hospitales o kilómetros de carreteras, repartimos tantas becas o desayunos". Los resultados que cuentan son los que nos contrastan con los demás países -en el contexto nacional, con los demás Estados-.
Lo que nos dicen actualmente los políticos -traducido al futbol- es que hoy metemos más goles que antes, que recibimos menos goles, que a pesar de no hacer grandes contrataciones perdimos menos partidos que en el campeonato anterior. Se olvidan que es un mundo en competencia, dinámico, y que cada vez se invita a más equipos a la liga y nosotros no paramos de caer en cada nueva tabla de posiciones.
La reacción de Gómez Mont ante el reporte del WEF, "es una cuestión de percepción más que de realidad", es digna de ser pronunciada por un entrenador cuyo equipo acaba de perder: "jugamos bien, el marcador no reflejó lo que pasó en la cancha". Gómez Mont también podría decir que resultamos afectados por el arbitraje -en este caso, por la metodología o los evaluadores del WEF.
¿Por qué si la crisis es mundial, seremos el país con el peor desempeño económico de Latinoamérica? ¿Por qué vamos a tener una contracción del PIB del 8 por ciento, que dista muchísimo de lo que los profesionales del Gobierno dijeron en su momento? ¿Por qué caemos en la tabla de posiciones y no todos los participantes se quedan quietos, si la crisis es mundial y para todos? ¿Para eso no servía el blindaje?
Gómez Mont
Muy indignado el Secretario de Gobernación ante el "tono" del Gobernador Bours.
Secretario: eso no es nada, si quiere saber de tonos de Gobernadores cuando se trata de manifestar desacuerdos, véngase a Jalisco, acá le contamos. El tono de "acá" es para tarjeta roja y suspensión. Lo de Bours es una entrada fuerte, pero ni a falta llega.
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