Sin duda, el episodio que vivimos representa un riesgo importante para la salud de los mexicanos y del mundo entero. Adicionalmente, los daños en la actividad económica empiezan a sentirse y pueden -en menos de una semana- dejar sin dinero para el gasto corriente a millones de mexicanos. Sin dinero no se pueden comprar alimentos, cubrebocas, desinfectantes, jabón o medicinas. A la imposibilidad adquisitiva no le interesa si el abasto está garantizado por el Gobierno.
El problema económico no solamente es de los trabajadores, también lo es de los patrones, que pueden sufrir quiebras expeditas. Si Chrysler quebró en circunstancias "normales", es mucho más fácil que los micro, pequeños y medianos empresarios corran esa suerte en las circunstancias extraordinarias que estamos viviendo.
No se ven acciones tendientes a resolver este problema. ¿No estaría bien un blindaje a las finanzas de los asalariados y los empresarios que estén en riesgo? Hace poco el Presidente fue a Europa por un blindaje para las reservas internacionales. Ya vamos tarde en pedir otro para el gasto corriente indispensable de quienes no están percibiendo ingresos, y en diseñar los mecanismos para -a la brevedad- distribuirlo.
Si las reservas internacionales y todos esos elementos -económicos- etéreos e intangibles merecen un blindaje, pues mucho más necesario es para el que cobra la "raya" mensual o para el empresario que ha visto mermados sus ingresos: restauranteros, hoteleros y muchos más.
Mientras el Secretario y el Gabinete de Salud atienden la epidemia, bien haría el Gabinete Económico en gestionar e informar sobre los apoyos que brindarán para que no falte el recurso económico indispensable para subsistir. En el universo de entes económicos, hay más que asalariados públicos -con la quincena garantizada- y los que pertenecen al Programa Oportunidades -que están presupuestados-.
Hay personas que no están en programas sociales porque generan sus propios recursos en situaciones normales. No son pobres, pero generan recursos para consumir -todo al día-. Esos agentes económicos -de carne y hueso- no están recibiendo sueldos, ni ingresos de sus negocios, no tienen ahorros... y hasta ahora, tampoco existen en la agenda del Gobierno.
Los estragos económicos no van a ser de una semana o un mes. El estigma internacional va a afectar al turismo y otras actividades económicas. En Jalisco, los restaurantes, hoteles y comercio aportan poco más de una cuarta parte del PIB estatal (26.1 por ciento).
La epidemia puede traer repercusiones -económicas- más graves, concretamente rumbo a octubre del 2011, fecha en que Jalisco ha cifrado grandes esperanzas para rediseñarse en torno al proyecto de los Panamericanos.Recurramos a la historia: los Panamericanos de 1975. Esos juegos recorrieron un tortuoso camino para llegar a México. En principio se eligió a Santiago de Chile. El golpe militar de Pinochet contra Salvador Allende motivó la renuncia de la sede. Brasil entró de emergente y se hizo cargo de la organización. Sin embargo, Sao Paulo fue afectada por una epidemia de meningitis y dimitió -algunas fuentes dicen que se le obligó a dimitir- a mediados de 1974.
A un año de su inauguración... los juegos estaban sin sede. El presidente del Comité Olímpico Mexicano y Luis Echeverría rescataron la justa panamericana, basándose en las instalaciones de los olímpicos del 68. México hacía historia al convertirse en el primer país que repetía como sede.
Los Panamericanos de 1975 no son el único caso de justas deportivas relacionadas con epidemias. En la edición más reciente de los olímpicos, China tuvo que desplegar un esfuerzo formidable para, en caso de epidemia, garantizar resultados y además prometer transparencia absoluta, pues había sido seriamente cuestionada por algunos capítulos fatídicos, como la tardanza de 11 días para anunciar el desastre ecológico en el Río Songhua, en la frontera con Rusia, o cuando retrasó información sobre la epidemia Síndrome Respiratorio Agudo y Grave.
En China se comprometieron a criar toda una camada de cerdos sin hormonas y sin antibióticos -usados para la engorda- con el objetivo de que no aparecieran en los exámenes antidopaje de los atletas que comieran cerdo.
Relacionemos estos antecedentes con temas actuales y locales como el manejo del dengue, el uso del clenbuterol y esta nueva influenza. Urge conocer y revisar los requisitos que -al respecto- impone la Organización Deportiva Panamericana y los compromisos que se han establecido. Afortunadamente -al parecer-, todavía no se confirman casos de influenza en Jalisco. Ese es un elemento que -mientras persista- podría ayudar a no empeorar las cosas.
rogelio_campos@yahoo.com
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