Los mayores de 40 años recordamos que en la década de los 70 se promocionaba la marca "Hecho en México". La cabeza de un águila y la leyenda se utilizaban para incentivar el consumo de artículos producidos en el País. En ese contexto, algunos todavía recordamos la frase "Lo hecho en México está bien hecho".
Ese supuesto orgullo de lo hecho en México vino debilitándose en las dos décadas siguientes, y en el sexenio salinista se le dio el tiro de gracia. El Tratado de Libre Comercio se estaba negociando, y un argumento para convencer a la determinante clase media era que podríamos contar con productos de la mejor calidad, sin importar el lugar de fabricación.
Dos décadas después del inicio de la apertura comercial, el ciclo, nuevamente con gran puntualidad, toca la puerta. El mes pasado se relanzó la marca "Hecho en México" con un diseño que pretende ser un poco más moderno. Dicen que se trata de sustituir con esos productos las importaciones que -por su alto costo- ya no podremos adquirir.En ese orden de ideas, podríamos pensar en la marca "Hecho en Jalisco". Son varias las características que le dan un toque singular a nuestras obras y acciones. Un ejemplo lo encontramos en el orgullo más reciente de la región: el Macrobús.
El pasado miércoles, MURAL publicó un comparativo del Macrobús de Guadalajara con el Metrobús del Distrito Federal. Los resultados son por demás interesantes y el resultado es contundente: los capitalinos deberían venir a hacer el Macrobús a Jalisco.
En el DF, el sistema de transporte tiene un recorrido de 19.5 kilómetros, mientras que en Guadalajara es de 16 kilómetros. Suena lógico, no por nada Insurgentes sería la avenida más larga del mundo. Pero... ¿por qué allá costó 250 millones de pesos y aquí 520 millones de pesos?
Tratemos de encontrar la explicación. Una hipótesis sería: "Como las estaciones tienen un costo importante, aquí se construyeron más estaciones, por eso costó más aquí". La hipótesis no se sostiene: allá se construyeron 36 estaciones y aquí 27. Mientras que aquí tenemos una estación cada 592 metros, allá se encuentran cada 541.
Otra hipótesis: "Aquí compraron más autobuses". Pero el sistema de Guadalajara cuenta con 41 (vaya numerito) y el de la Capital del País tiene 80. Esa es la razón de que allá el Metrobús mueva 250 mil pasajeros y aquí 130 mil. Esa también es la explicación de que aquí -hasta la fecha- se aprecien abarrotados. Dicen que ya que deje de ser gratis va a bajar el número de usuarios, pero la realidad es que allá cada unidad mueve 3 mil 125 pasajeros y aquí cada unidad mueve 45 pasajeros más. La probabilidad de que aquí vayan más llenos es mayor.
Pasemos a analizar otra hipótesis que explique por qué nuestro Macrobús es más caro: "Aquí lo hicieron mejor y por tanto el recorrido es más rápido". Tampoco se sostiene. El recorrido en el DF se hace en 34 minutos y aquí en 60. Casi el doble de tiempo, con un tramo menor. El Metrobús capitalino avanza 570 metros por minuto, mientras que el Macrobús tapatío avanza solamente 266.
Tratemos de encontrar la respuesta en el tiempo que se tardaron en construirlo. Podríamos pensar que aquí urgía la obra para entregarla antes de las elecciones y que por ser un servicio urgente se pagó a sobreprecio. Tampoco. La obra en el DF se tardó 7 meses y aquí 12.
Otra hipótesis tendría que ver con la fecha de realización de la obra. En el DF se terminó en julio del 2005 y aquí recién concluyó. Estaríamos hablando de una inflación desmesurada que echaría por tierra las cifras del Banco de México y pondría en duda la estabilidad macroeconómica que tanto se presume. Esta podría ser la explicación más sólida.
Los costos, previos a la devaluación que ha llevado el dólar de 11 a 15 pesos, han aumentado considerablemente. Eso podría explicar que la línea 2 del Metrobús en DF, entregada en diciembre del 2008, costó 780 millones de pesos. Aún así, la línea 2 del DF cuenta con 20 por ciento más kilómetros, 25 por ciento más estaciones y casi el doble de unidades que el Macrobús tapatío. Ni hablar de la infraestructura de la línea 2 del DF, que conecta estaciones con las del Metro y de la línea uno.
Por eso no resulta creíble que otra línea en Guadalajara va a costar -como dicen las autoridades- otros 500 millones. De una vez le hubieran pedido más a Calderón -no la van a librar-. Ya con la devaluación va a costar mucho más, a menos que llamen a los que lo hicieron en el DF para que nos cueste más barato o que aquí hagan las maniobras necesarias -o dejen de maniobrar- para bajar el costo.
Queda claro que los costos han subido más de lo que nos dice el Gobierno federal y el autónomo Banco de México, por lo menos en el rubro de la obra pública. Queda claro que en Jalisco somos codos y regateamos unidades y estaciones; que hacemos recorridos mucho más lentos. Esa está siendo nuestra marca, nuestro distintivo de "Hecho en Jalisco". Ahí está el túnel de Las Rosas, el Teatro de la Ciudad, Los Arcos del Milenio, el Nodo Colón. Lo malhecho, inconcluso, riesgoso, mal planeado y caro son características de nuestras obras... y al hombre se le conoce por sus obras.
Por cierto, no todo es dinero, tiempo, eficacia o unidades. En el Metrobús del DF los mayores de 70 años y las personas con discapacidad no pagan. Aquí, nuestra generosidad nada más alcanza para hacerles un 50 por ciento de descuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario