Karen Ward establece que hasta el año 2020, la economía mexicana crecerá a un promedio anual de 3.3 por ciento. Para darnos una idea del significado de esta cifra, hay que decir que durante el sexenio de Carlos Salinas el PIB creció 4 por ciento por año; con Ernesto Zedillo 3.5; con Vicente Fox 2.1, y con Felipe Calderón las proyecciones indican que no llegaremos al 2 por ciento.
Vicente Fox prometió un crecimiento del 7 por ciento, propuesta que hoy retoma Josefina Vázquez Mota. Es el mismo caso de Felipe Calderón, quien se comprometió a generar un millón de empleos anuales, aunque para lograr esa cifra se requiere un crecimiento del 7 por ciento.
Los elementos con los que se realiza un estudio como el de HSBC son más sólidos que los utilizados por los candidatos para lanzar promesas y convencer a incautos. De ahí la importancia de contar con información de calidad que nos permita distinguir un planteamiento serio de una vacilada.
El estudio de HSBC continúa: de 2020 a 2030, el crecimiento anual del PIB será mayor, alcanzando un ritmo anual del 4.4 por ciento; de 2030 al 2040 volvería a descender (3.5), y hacia el año 2050 se ubicaría en un crecimiento anual de 3.1 por ciento.
Lo grave es lo que Karen Ward dice sobre la proyección del ingreso per cápita que tendrán los mexicanos. Actualmente nos ubicamos en el lugar 42 del mundo en cuanto al ingreso per cápita, y en 2050 estaríamos ocupando el lugar 47. Es decir, sería una economía en la que sus habitantes ganarán menos que en la actualidad si lo comparamos con el concierto global.
Ante este panorama, es urgente que medios de comunicación, académicos y líderes de opinión retomen los índices, indicadores, rankings y estudios para someter las propuestas electorales a la prueba del ácido. Es urgente marcar un alto a los charlatanes y poner los pies en la tierra para saber en dónde estamos parados y a qué podemos aspirar de manera realista.
Si las proyecciones de crecimiento son conservadoras, ¿cómo le vamos a hacer para compartir entre todos y de mejor manera la pesada carga que se avizora?
Ante esta situación, el gobierno federal implementa -a destiempo- medidas que en otros países ya están mostrando signos de agotamiento, como el caso de los créditos para que los estudiantes puedan pagar sus colegiaturas en universidades privadas. Esa fórmula se implantó en otros países: en Chile ¡hace quince años! y hoy ya no da para más. Es el mismo caso de la Unión Americana, donde el Presidente Obama tuvo que autorizar en 2011 un "Fobaproa" para rescatar a los agobiados estudiantes, ahogados en sus deudas de estudio. Los créditos anunciados por el Presidente Calderón con el disfraz de medida audaz, en realidad están destinados al fracaso en el mediano plazo.
No hemos prestado la debida atención a lo que ha pasado en otros países; no hemos observado y mucho menos aprendido: eso nos imposibilita estar en condiciones de anticipar los riesgos futuros. No nos hemos preguntado cómo le hace Brasil para recaudar el 35 por ciento del PIB, mientras México es el sotanero del continente, recaudando el 9.4, incluso por debajo de Haití.
Y qué decir de la "Tasa Tobin", que debe su nombre a James Tobin, Premio Nobel de Economía. Esta medida fue propuesta esta semana y pretende cobrar impuestos a las transacciones financieras para rescatar la Zona Euro. La propuso un político de derecha: el Presidente Sarkozy, y ha sido respaldada por la cabeza del Gobierno Italiano -Mario Monti- quien es considerado una autoridad económica. En México fue propuesta en 2006 por López Obrador y fue vista como una medida de ultra izquierda. Hoy nada se habla de ese tema en nuestro país... quizás para el 2050.
rogelio_campos@yahoo.com
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