viernes, 11 de diciembre de 2009

El gato con botas

Hace poco más de 300 años, Charles Perrault hizo una recopilación de cuentos y los llamó "Cuentos de Mamá Ganso". Una de las narraciones recopiladas es "El Gato con Botas". El cuento popular europeo habla de la herencia que un molinero deja a su hijo: el gato del granero. No es un gato común, es un gato parlante y además muy hábil para las artes del engaño.
En el cuento, todos los personajes son engañados, chantajeados o amenazados por el gato, que al final sale triunfante. Algo parecido sucede en Jalisco, los jaliscienses hemos sido engañados sistemáticamente por las autoridades en turno.
El gato, para engañar, tenía su "caballito de batalla": "El Marqués de Carabás", un personaje inexistente al que acude reiteradamente el engañabobos. En Jalisco, "el caballito de batalla" son las grandes obras, esas que nos van a proyectar al futuro y de paso resolverán necesidades de una sociedad del tamaño de la jalisciense. Desde hace años se nos ha dicho que se va a construir un macrolibramiento, que se va a ampliar el Tren Eléctrico, que se van a construir presas, sanear las aguas residuales, construir un museo de clase mundial, un tren bala y una larga lista de engaños de los que hemos sido presa fácil.
Al igual que el Marqués, las obras prometidas brillan por su ausencia. Ambos: Marqués y obras, sólo existen en el discurso del engañabobos en turno y de los bobos que lo creemos. No pedimos que nos muestren datos sobre su existencia: asignaciones presupuestales, planes maestros, los especialistas que los diseñaron, etcétera. Nos conformamos con anuncios mediáticos -sacados de la manga- que refieren que se aprobaron fondos -o que se conseguirán- para tal o cual obra. Mientras, los engañabobos, al igual que el gato, siguen triunfantes y haciendo de las suyas.

El gato tiene una gran imaginación y una agilidad descomunal para improvisar, estas cualidades son las que le permiten engañar constantemente, pero hay ocasiones en que la dificultad -para engañar- aumenta, y entonces se vale del chantaje y la amenaza, como en el pasaje donde dice a los campesinos que estaban trabajando en las tierras del Ogro: "Buena gente que estáis cosechando, si no decís que todos estos campos pertenecen al Marqués de Carabás, os haré picadillo como carne de budín". Cuando el carruaje del Rey pasó junto a los campesinos y Su Majestad preguntó quién era el dueño de aquellas tierras, todos respondieron "Son del señor Marqués de Carabás".

Después de 312 años, la historia se repite en estas latitudes. "Si no se aprueba la deuda, vamos a dejar de hacer las obras tan necesarias para el Estado". Traducción: créanme, para poder seguir engañando; si no se dejan engañar, no van a conocer al Marqués de Carabás... y todos queremos conocerlo. Todos queremos que se hagan las obras que nos han venido prometiendo, pero que no aparecen.
Al final del cuento, el gato llega con el Ogro y le pone una trampa. Sabiendo que tiene los poderes para convertirse en cualquier animal, el gato lo reta a que se convierta en león... el Ogro lo complace. Acto seguido, el gato lo vuelve a retar, ahora el Ogro debe convertirse en ratón... y lo hace. El gato, en ese momento, se lo come.
Lo mismo ocurrió el pasado miércoles. El Gobernador del Estado hizo un anuncio que se sacó de la manga: la Línea 3 del Tren Eléctrico... ¡para empezar a construirse en 2011! Un proyecto que se confunde con el del Tren Suburbano -otro de los espejitos que nos han vendido-. Proyecto que además se encima con la tan prometida como no cumplida continuación de la Línea 1 del Tren Eléctrico.

Con ese movimiento, Emilio González Márquez se puso enfrente del Ogro -del PRI- que se había convertido en león desde las elecciones de julio pasado. Hizo que el león se convirtiera en ratón, lo tomó de la cola y se lo comió.

Marqués y Márquez

El Marqués de Carabás no aparece en el cuento, tampoco en nuestra realidad, pero sí tenemos a nuestro Márquez, nuestro González Márquez.

rogelio_campos@yahoo.com

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