Están muy seguros de lo que hicieron: saben que hicieron el bien y no les importa lo que digan los demás
El año viejo se va. Son tiempos de reflexión y buenos propósitos. Queremos borrar o aminorar la parte de nosotros que no nos gusta y reforzar lo que hicimos bien. La excepción confirma la regla y hay algunos -como el Gobernador- que lo que tienen son despropósitos -dicho o hecho fuera de razón, de sentido o de conveniencia- están muy seguros de lo que hicieron: saben que hicieron el bien y no les importa lo que digan los demás.
El 23 de abril del año que está por terminar, el Gobernador de Jalisco hizo un papelazo de órdago: mentó madres; emboletó al Cardenal en un supuesto "buen desmadre" que traían; regaló 15 millones de pesos; pidió el perdón de los pecados por anticipado, fast-track y sin arrepentirse; por lo menos pisoteó el principio democrático del respeto a las minorías (falta ver si realmente eran tan poquitos como él creía). Si cualquier civil hubiera hecho lo mismo, habría sido llamado "El payasito de la fiesta".
Ocho meses después, el Gobernador se empeña en construir la secuela de aquel bochornoso espectáculo. "Regala 10 millones" tituló MURAL el 19 de diciembre la nota que daba cuenta del acto en que el Gobernador anunciaba que había destinado 10 millones de pesos a personas de escasos recursos con motivo de la Navidad. El Gobernador habría expresado: "¿Cuánto vale una sonrisa de los hijos?, ¿cuánto vale un momento de felicidad?, ¿cuánto vale la satisfacción del papá al saber que su hijo será atendido en su cartita por el Niño Dios?" Hay un hilo conductor entre ambos actos. En abril de este año, el beneficiario del "pinche papelito" era la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos, A.C; el monto: 15 millones de pesos. El 18 de este mes, los 10 millones serían repartidos entre 10 mil familias en situación de pobreza. Mil pesos por familia. Las familias beneficiarias son las que se encuentran registradas en el padrón del Banco de Alimentos.
En abril se decía que con 15 millones de pesos se construirían -suficientes- bancos de alimentos para resolver el problema del hambre en Jalisco. A ocho meses de distancia no sabemos el grado de avance de esas obras. Suponiendo que con 15 millones de pesos se resolviera el problema del hambre -según palabras del Gobernador en aquella fatídica noche- y sin ánimo de menospreciar el enorme valor de la "satisfacción de los papás al saber que su hijo será atendido en su cartita al Niño Dios", ¿no sería mejor invertir los 10 millones de los regalos navideños en el proyecto de construir bancos de alimentos?
El asunto se complica cuando vemos que el Banco Diocesano de Alimentos tiene una relación estrecha con la Iglesia católica, y acudiendo a la memoria encontramos en febrero de este mismo año las palabras del Cardenal Sandoval: "Les da de comer un día, dos días, un año, dos años a los pobres, pero no los saca de pobres; y, además, se gasta en esos subsidios lo que debería de usarse en la infraestructura del País (en este caso del Estado) para que todos puedan progresar, todos puedan tener trabajo, educación y salud". El Cardenal declaraba en esos términos en febrero del 2008 y señalaba que "dar dinero del Gobierno a los pobres, es populismo".
Si se acude a la página del Banco de Alimentos http://www.amba.org.mx, encontraremos el "Directorio de Donadores", y ahí se puede buscar uno por uno -y supongo que encontrar a todos- los generosos donadores a este proyecto... el problema es que entre los nombres de Sabritas, Jumex, La Costeña, etcétera ¡¡¡no aparece el donador del "pinche papelito"!!! ¡Vamos, ni el Gobierno de Jalisco ni el Gobernador! Algunos dirán: solamente aparecen las empresas privadas y no las entidades gubernamentales. Pues no. Sí aparece SAGARPA, SAT, INDESOL, etcétera. Vaya que está salado el donativo, o debe ser tan pequeño comparado con lo que donan las demás empresas y entidades que no alcanza para salir en la Web.
La historia no termina ahí. Si consultamos la página del Banco de Alimentos, cuyo padrón -según el Gobierno- fue el que sirvió para entregar los 10 millones (mil pesos para diez mil familias) para regalos de Navidad... nos encontramos con otro pequeño detalle: la organización no tiene cobertura en prácticamente ninguno de los Municipios más pobres de Jalisco. La culpa no la tiene el banco, cuya labor es encomiable, sino que es del Gobierno por no ser capaz siquiera de contar con un padrón de las familias más pobres de la entidad y por tratarnos de engañar de que con esos 10 millones se estaban atendiendo las familias más pobres de la entidad. La culpa también es de nosotros por dejarnos engañar con tanta facilidad.
El Gobernador también declaró esta semana que "la mentada no le hizo daño a nadie" (sic). Puede ser -me resisto a creerlo- que tenga razón. Pero, más allá de lo anecdótico del insulto, hay asuntos que deben conocerse.
¿Si el donativo al AMBA hizo bien, por qué no aparece publicitado en su página? ¿Cuántos bancos de alimentos -de los que se dijo se construirían- fueron edificados con los 15 millones de pesos entregados en abril? ¿Por qué el Gobierno no cuenta con un padrón de las familias con mayor grado de marginación en la entidad? ¿Si lo tiene, por qué prefiere acudir al de una organización privada con cobertura -muy- limitada? ¿Por qué no se sabe con anticipación adecuada -y no a toro pasado- en qué se va a regalar el dinero público, a quiénes y con qué criterios?
Ojalá y uno de los propósitos de año nuevo sea encontrar respuesta a esas y otras interrogantes, y no evadirlas, disfrazarlas, enredarlas o pretender convertirlas en virtudes inexistentes. Bienvenidos los propósitos del año nuevo y que con el año viejo se mueran los despropósitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario