sábado, 17 de enero de 2009

Tiempos violentos

El Índice Mundial de Paz es un análisis elaborado por Vision of Humanity con base en el estudio de 140 países. Se puede consultar en www.visionofhumanity.org. El estudio del 2007 ubicaba a nuestro País en el lugar 79 y para 2008 descendió 14 posiciones, situándose en el sitio 93. Otro indicador que nos reprueba. México se encuentra por debajo de El Salvador, Camerún, Brasil, Ucrania, Perú, Bolivia, Egipto y Nicaragua, entre otros países.

Allí se consideran varios aspectos, que van desde los gastos en el sector militar, respeto de los derechos humanos, número de policías, incidencia de homicidios, número de personas encarceladas, niveles de acceso a las armas, etcétera. El indicador revisa, por tanto, factores externos e internos, pues también incorpora la situación dentro de cada nación. Asimismo, se toman en cuenta factores que influyen directamente en generar la paz, como los niveles de democracia y transparencia, educación y bienestar social.

Vivimos en una sociedad que con lujo de hipocresía justifica la violencia institucionalizada y al mismo tiempo se espanta de la violencia criminal. Independientemente de la violencia que se refleja en los crímenes que se contabilizan en el País (más de 500 por mes), tenemos manifestaciones de violencia con rostro de guerrilla, prostitución infantil, maltrato intrafamiliar, explotación laboral, tortura, violación a los derechos humanos, o la relacionada con muertes por accidentes de tránsito.

La sociedad mexicana, al tiempo que condena la violencia de nota roja, encuentra múltiples excusas para justificarla en otros ámbitos. Un ejemplo lo encontramos en las declaraciones del clero, esta semana. Si las mujeres usan ropa "provocativa" se exponen a ser violadas. Vaya confesión de los apetitos incontenibles de una sociedad que se llama católica. Habría que ver la cantidad de violaciones que se dan en las playas nudistas que existen en países con un mayor desarrollo que el nuestro. También habrá que ver la explicación de que los niños sufran la misma suerte; nada más falta que nos digan que es porque se visten de manera provocativa.

La violencia la encontramos en todos los ámbitos de nuestra vida diaria. En las elecciones municipales, el partido ganador tiene asegurada la mayoría. Se supone que es para asegurar la gobernabilidad. Suena bien en el modelo. En los hechos, se convierte en un esquema que permite a la mayoría atropellar a las minorías. No importa la pertinencia, tampoco la razón. Se convierte en un asunto de aritmética.

Otro ejemplo lo tenemos en "las campañas negativas", que no pocos intelectuales justifican, con el pretexto de contrastar a los candidatos que se presentan a la contienda, a propósito de los tiempos electorales que se avecinan. Acuden al caso de Estados Unidos, donde sucede lo mismo, olvidándose que el país del norte tampoco sale bien librado en la calificación que otorga Vision of Humanity (lugar 97).

"Bowling for Columbine" (Masacre en Columbine), documental de Michael Moore, explora las causas de la violencia de la sociedad norteamericana. Durante la cinta, Moore contrasta las cifras de violencia en ese país con las de otros países desarrollados. El resultado es muy desfavorable para el suyo. El Índice de Paz, elaborado cinco años después del documental, confirma la teoría de Moore. Los países con mayor desarrollo en los índices modernos, competitividad, desarrollo social, ingreso per cápita, son los más pacíficos.

La violencia genera violencia. Es el caso de las sonadas declaraciones de encumbrados funcionarios, cuyo cargo es producto de una elección, y que demuestran un profundo desprecio hacia los valores democráticos de respeto a las minorías, y que además se dan el lujo de ofender de manera estruendosa y descarada a quienes no están de acuerdo con su estilo personal de gobernar.Es el caso de los altos jerarcas católicos que ofenden y desprecian a los reporteros con lujo de prepotencia.

Es el caso del dirigente de los camioneros de Jalisco cuando expresó que los que no tengan para pagar el camión, pues que usen bicicleta, que caminen. Que si él no tiene para comer, "pues no come".

Esta violencia verbal que refleja discriminación y una visión excluyente es causa y consecuencia de violencia que se manifiesta en otros ámbitos. Recordemos que Vision of Humanity relaciona la paz con los niveles de democracia, transparencia, educación y bienestar social. Ahí puede estar la clave. Las acciones que se han reflejado en la violencia verbal de los jerarcas políticos, religiosos y gremiales están íntimamente relacionadas con la opacidad, atentan contra los valores que dan sustento a la democracia, reflejan una mala educación de quien las profiere y su profundo desprecio por el concepto de bienestar social.

Contrastan las declaraciones del candidato en busca del voto con el gobernante ensoberbecido, las del líder de la religión que busca la paz con las expresiones lamentables que golpean en su prójimo.

En "Bowling for Columbine", Moore entrevista a unos jóvenes canadienses y les pregunta que si una persona que no trabaje tiene derecho a los servicios de salud gratuitos que proporciona el Estado. La respuesta de los jóvenes es en sentido de afirmación de una situación por demás básica, elemental. Contrasta el punto de vista de los jóvenes canadienses con las declaraciones del líder camionero. Por cierto, Canadá ocupa el lugar 11 en el Índice Mundial de Paz.

rogelio_campos@yahoo.com

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