Tal parece que la necesidad de la sociedad por conocer la verdad es una proclama que viene adquiriendo fuerza. A este reclamo se sumó Emilio González Márquez el pasado jueves. En el marco de la Sexta Asamblea de la Red de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales de México, el Gobernador de Jalisco expresó: "Queremos sistemas que no se rijan por cuántos ejemplares voy a vender hoy, y necesito vender más que ayer, y por lo tanto necesito ser más llamativo; sí, queremos sistemas que hablen de la verdad con objetividad y una característica de la verdad es que debe ser completa".
No cabe duda, este País ya no puede vivir de "verdades a medias", de las que se dice son o pueden ser peores que las mentiras. Parece fácil de resolver. En los hechos resulta más complicado. El enfrentamiento de posturas que se presenta en el caso de la llamada Reforma Energética es un botón de muestra. Cada bando tiene su verdad.
La búsqueda de la verdad es un tema complejo, de ahí que desde hace siglos haya sido materia de la filosofía. Sin embargo, en algunos ámbitos se cuenta con avances para poder contar con un panorama que nos permite un mayor acercamiento con la realidad. En los ámbitos del desarrollo político, económico y social, se ha avanzado de manera importante en construir metodologías con bases científicas, que nos permiten medir, y que al hacerlo nos brindan la oportunidad de comparar y hasta de mejorar.
La metodología desarrollada puede tener limitantes y errores, pero constituye un camino para llegar a un espacio común que permite la aceptación de la realidad, con todo y sus errores, la discusión y el mejoramiento de las condiciones sociales.
Con bases científicas (que ya se han referido en Jalisco a la Baja), se han desarrollado estudios por la Comisión Económica para América Latina de la ONU (CEPAL), que establecen que nuestra entidad es una zona en franco retroceso económico. Con metodologías mundialmente aceptadas, se ha medido que Jalisco ha pasado del tercer al cuarto lugar en la aportación al PIB nacional. Con los mismos métodos se sabe que la industria manufacturera del Estado ha venido desplomándose, al tiempo que es rebasada por Coahuila, Tlaxcala, Querétaro, Aguascalientes y Yucatán, y ni qué decir que nos supera el DF, Estado de México y Nuevo León. Con instrumentos similares, el Instituto Mexicano de la Competitividad ubica a Jalisco en un penoso lugar 16 en esa materia.
La UNICEF nos manda al lugar 25 en materia de atención de nuestros niños y adolescentes. Lo mismo sucede con el estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, donde Jalisco es décimo lugar en rezago social; decimosegundo en analfabetismo y décimosexto en materia de cobertura de servicios de salud. Precisamente en materia de salud, el Gobierno federal nos reprueba en la mayoría de los indicadores, desarrollados por la secretaría del ramo, que mide la salud y su atención.
Son "verdades de a kilo", como entidad vamos mal y esa ruta no es la que están siguiendo el conjunto de los Estados que conforman la Federación. La verdad no peca, pero sí puede y debe incomodar.
La situación se agrava si consideramos que el fenómeno se replica a nivel País. El Banco Mundial nos ubica en el lugar 70 en ingreso per capita. En capacidad adquisitiva el resultado es peor: lugar 80, compartiendo el sitio con Botswana y por debajo de Trinidad y Tobago. La Heritage Foundation nos otorga el lugar 60 en libertad económica, por debajo de El Salvador. El Foro Económico Mundial nos sitúa abajo del lugar 50 en materia de competitividad. Cifras que contrastan con el hecho de ser la economía número 11 (otros ya nos ubican en el número 13) a nivel mundial.
Más verdades: México apenas recauda el 10 por ciento de su PIB, porcentaje que es duplicado por Argentina, Brasil y Chile. Ya llevamos años donde la comparación no es con el Norte o con Europa. El Índice de Gini, que mide la desigualdad, nos muestra que somos un País donde la polarización económica es dramática. Los que ganan mucho son muy pocos y los que ganan poco o nada son muchos. Pareciera una verdad universal, pero la medición muestra que aquí el fenómeno está particularmente acentuado. Si en un hogar mexicano ingresan 30 mil pesos al mes, pertenece al 10 por ciento de los hogares más ricos del País.
Estas mediciones también nos permiten aproximarnos al conocimiento del tiempo que nos llevará superar nuestros rezagos. La verdad que nos muestran, es que estamos avanzando a paso muy lento mientras otros países nos rebasan. La verdad es que nos tomará mucho más tiempo llegar a ese punto que el que les tomará a otros países.
La ciencia también nos aproxima a la verdad y nos dice que las políticas públicas lo son cuando tienen el respaldo de la sociedad. Lo anterior implica un proceso de escuchar, tolerar, convencer, incorporar ideas de la gente, atender lo que la sociedad considera prioritario y estratégico. También implica propiciar y alentar la participación de la sociedad para que proponga. Lo que se haga del Gobierno de otra forma no es una política pública y tiene mayor probabilidad de fracasar.
Ni duda que aproximarnos a la verdad y alejarnos de las verdades a medias es algo de lo que en México y Jalisco estamos necesitados. Ahí está el camino que nos ofrece la ciencia y la técnica, ojalá se opte por esa ruta. Enfrentarnos a esas verdades puede doler, pero resulta necesario hacerlo.
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